Sensaciones que te deja un viaje de 15 días a Senegal

Este viaje de 15 días a Senegal compensa mínimamente una asignatura que teníamos pendiente. Nuestra vuelta al mundo sabrosa se saltó el gran continente africano porque no teníamos todo el tiempo ni dinero del mundo y decidimos hacer una ruta de vuelta al mundo más “típica”. Pensamos que África se merece en sí misma un año de ruta ;-).

De hecho nos encontramos en el País Bassari, una pareja que estaban viajando de Bilbao a Sudáfrica en un todoterreno (¿futuro proyecto?).

En la siguiente ocasión lo volvimos a intentar pero con atentados muy recientes (Mali) nos echamos -sin razón- para atrás y decidimos visitar Sri Lanka. Así que esta vez, sí o sí, ya tocaba.

Ya habíamos estado los dos en el continente africano pero en otro tipo de países más “cercanos” a nuestra cultura, como Marruecos o Túnez, pero era hora de adentrarnos en la llamada África “negra”. Y escogimos viajar a Senegal, como primer destino en África, con una pequeña incursión en Gambia.

A nivel esencial el escenario y ritmo vital de la gente de Senegal y Gambia no difiere mucho de lo que nos habíamos encontrado en todo el Sudeste Asiático. Mucha vida en la calle, locales y negocios montados en 15 metros cuadrados en cualquier rincón de la ciudad o la carretera, ritmo pausado, regateo a la hora de comprar en mercadillos, los autobuses a reventar de gente, caos circulatorio, carreteras hechas polvo, etc. Todo esto ya lo habíamos experimentado antes así como la sonrisa y la amabilidad de la gente. Parece ser que cuanto más pobre es el país, más amable y generosa es la gente, aunque por supuesto hay de todo en todas partes.

¿Qué es entonces lo que hace especial a Senegal?

Pues nos ha llamado poderosamente la atención la luz de los atardeceres, completamente distinto a lo que habíamos visto hasta ahora, los paisajes repletos de ese árbol tan curioso y bonito que es el Baobab y lo primitivo y básico que es todo. Quitando Dakar, la gente sigue viviendo en poblados de casas de adobe con techos de paja. Y realizando celebraciones religiosas ancestrales. Este último aspecto es algo común también con el Sudeste Asiático, esa pasión con la que viven la religión y ese halo de superstición que rodea todo.

Los atardeceres tan especiales en Senegal

poblado senegal

Baobab, el típico árbol de Senegal

La gente y, en especial los niños, son extremadamente fotogénica. Sus ojos son muy expresivos y en cuanto a las mujeres, siempre van ataviadas con unos vestidos muy coloristas que contrastan mucho con su piel tan oscura. En otro orden de cosas, destaca en general lo caro que resulta la gasolina, lo cual repercute en los transportes y el alojamiento, especialmente este último, a pesar de que la mayoría de sitios, tipo hostal, los llamados “campamentos” te ofrecen servicios muy básicos. Tener agua corriente es rarísimo.

 

Boda típica en un pueblo de Senegal

Niños de Senegal

Desde un punto de vista de su gastronomía, la alimentación es muy básica: se alimentan de aquello que tienen al alcance, es decir, arroz con carne o arroz con pescado acompañado de salsa de cebolla o salsa de cacahuete. Básicamente comen y cenan esto todos los días. Os recomendamos el pescado antes que la carne, de lejos. Los animales los matan “viejos” cuando ya no le sacan más productividad y la carne es durísima. El pescado es fresco y lo preparan muy bien.

Típica comida de Senegal, arroz con pescado

En cualquier caso, ¡un país muy auténtico!

 

Etapas de nuestro viaje de 15 días a Senegal

  • Día 1: vuelo Barcelona – Banjul – Sayan (Gambia)
  • Día 2: Sayan – Thionk Essyl (Senegal)
  • Días 3, 4, 5, 6: ruta por Casamance
  • Día 7: Ziguinchor – Tambacouda
  • Día 8: Tambacouda – Kedougou
  • Días 9, 10: ruta por País Bassari
  • Día 11: Kedougou – Tambacouda – Mbour
  • Día 12: Mbour – Joal/Fadiout – Palmarin
  • Día 13: Delta del río Saloum – Mbour
  • Día 14: Visita a Saly (desde Mbour)
  • Día 15: Curso cocina (en Mbour)
  • Día 16: Visita al lago Rosa (desde Mbour)
  • Día 17: Isla de Goree – Dakar – vuelo de vuelta