El autobús que nos traía desde la frontera con Bolivia nos dejó, tras 45 minutos en el puesto fronterizo situado en San Pedro de Atacama. Tras los controles pertinentes, nos dejó en el centro de esta localidad.
Teníamos mirado un hostel antes de llegar a San Pedro. Era una ciudad pequeña con precios a nivel europeo, o sea cara para un mochilero. De camino aprovecharíamos para mirar más opciones. Llegamos a nuestro hostel, el Backpackers habiendo comprobado que no había nada por debajo de 12 € ¡por persona! Oh my God.y en el nuestro nos pedía algo similar pero nos dieron la opción de habitación compartida sin baño en una casa cercana, propiedad del mismo hostel, a 6,7 € por persona. Fuimos a verla. No eran tan chula pero tenía igualmente cocina así que aceptamos. Después de eso, fuimos caminando al pueblo a comer y a ver que ofrecían las agencias. 
Comimos y tras varias consultas, decidimos alquilar unas bicis por nuestra cuenta y realizar 2 visitas en los siguientes días: la laguna Cejar y el valle de la Luna.
Al día siguiente martes Anna se levantó con dolor de cabeza, fruto seguramente de la altura, así que decidimos quedarnos en el hostel adelantando trabajo del Blog.
Finalmente el miércoles fuimos a visitar la laguna de Cejar. Primero de todo fuimos a alquilar la bici. Encontramos un sitio que nos la dejaban por 4 € las 6 horas, como casi todos los sitios de alquiler con la diferencia de que aquí eran bicicletas de buena marca (Trek) y estaban nuevas. Además te proporcionaban bombín, cámara de repuesto y «mapa».
Salíamos sobre las 9. El camino, una vez salías del pueblo, era muy sencillo y llano. En total unos 16 km. Una vez llegamos a la laguna, tuvimos que pagar la correspondiente entrada de  2,67 €. Realmente había 3 lagunas, todas muy bonitas con un color azul muy intenso que en algunas zonas se tornaba casi celeste. Chocaba que en mitad de aquel desierto pudiera existir estas lagunas. Sólo se puede bañar en una de ellas. El lugar esta equipado con servicios, duchas y cabinas para cambiarte. 
Fuimos a pasear por las lagunas y luego nos quedamos a comer los bocadillos que llevábamos al lado de la laguna en la que te podías bañar. Comimos prácticamente solos (los tours van por la tarde) y después nos pegamos una buena siesta española. Cuando el sol estaba bien alto, me decidí a probar el agua ue, por su alta concentración de sal permitía flotar sin apenas esfuerzo. El sol calentaba pero el agua estaba helada. Aquí por la noche la temperatura bajaba hasta los 1 o 2 grados bajo cero. Anna tomó las fotografías pertinentes y salí corriendo del agua. Curioso que en el camino de la laguna hasta las duchas mi piel se quedó completamente blanca de la sal. De todas maneras tampoco se flotaba tanto como esperaba por la acción de la alta concentración salida.

Ducha y camino de vuelta. Sobre las 14:30 estábamos en el pueblo para devolver las bicicletas. Fuimos a comprar comida para cocinar en el hostel. La verdad es que de esta manera la estancia se hacía más económica ;-). Después un poco de trabajo con el blog y la web y paseo por el pueblo. Ya por la noche preparamos en el hostel la comida para llevarnos al día siguiente y estuvimos un rato charlando con la gente que estaba durmiendo ahí. Eran casi todos trabajadores a turnos del hostel. Muy maja la gente.
Al día siguiente hicimos lo mismo. Nos levantamos y nos fuimos a por las bicis. Este día tocaba visitar el Valle de la Luna. Salimos también a las 9 y una media hora (5 km) después estábamos en la caseta de entrada al valle. La carretera va un poco en ascensión pero es fácil. Pagamos cómo el día anterior los 2,67 € de entrada y el guarda, muy amable, nos explicó al detalle, todo lo que teníamos que visitar en el valle.
Seguimos pedaleando y al cabo de un rato, llegamos a la primera visita, el Cañón. Este se había formado por la acción del agua hacia miles de años. Siguiendo la recomendación del chico de las bicis no nos quitamos el casco pues se pasa por zonas realmente bajas y además oscuras (llevar linterna o frontal) pero resulta muy divertido. El sitio era muy curioso y distinto, pues ya se empezaban a ver zonas blancas como consecuencia de la presencia de la sal.
Tras el cañón seguimos avanzando y tras una cuesta bastante pronunciada, llegamos al parking de la Gran Duna. Allí dejamos la bicis y fuimos por el camino que hay preparado para visitar la zona. Primero se asciendia suavemente al lado de la duna durante unos 10 minutos. Luego el camino se bifurcaba en 2. Nosotros seguimos el camino que iba hacia la izquierda. Este iba subiendo y bajando constantemente, siguiendo el perfil de la montaña hasta llegar al mirador (unos 20 minutos andando). Las vistas desde el mismo eran brutales: cadenas montañosas espectaculares teñidas de blanco por la presencia de la sal. Estuvimos comiendo aquí y sacándonos fotos.

A la vuelta decidimos tomar la bifurcación hacia la derecha para llegar a lo alto de la duna mayor. Desde allí había una estupenda vista del anfiteatro una inmensa llanura presidida por la duna de arena marrón. 
Tras las fotos fuimos a recoger las bicis y seguimos camino. Pasamos por en medio del anfiteatro y proseguimos el camino hasta llegar a las Tres Marías. Se trataba de 3 formaciones de un millón de años de antigüedad creadas por los intensos procesos de erosión y desgaste de las rocas. Todo el terreno que las rodeaba era blanco como sí estuviera nevado, por efecto de la sal. Maravilloso. Comimos de nuevo aquí, bebíamos agua y de vuelta.
El camino se hizo más corto en sentido contrario y disfrutamos viendo todo este valle, muy similar, como su nombre indica, a la luna. Y siempre bajo la atenta «mirada» del volcán Licancabur.
Una hora después, bastante cansados, llegábamos a dejar las bicis. Habían sido 5 km hasta llegar al control de acceso y luego 11 km hasta llegar a las TresMarias. Todo eso con muchos tramos de subida y arena y un ambiente extraordinariamente seco. Bebimos en torno a 4,5 litros entre los 2. Aún así vale la pena visitar este sitio tan especial 😉
Dejamos las bicis y nos fuimos al hostel a comer y descansar. Yo ya me quede escribiendo pero Anna aún se animó a dar una última vuelta por este precioso pueblo.
Cenamos, arreglamos mochilas y a dormir.
Total gasto para 2 personas, 4 días: 138,74 €
– Alojamiento: 53,41 €
– Comidas: 58,63 €
– Alquiler bicicletas: 16,02 €
– Entradas: 10,68 €
Total gasto por persona, 4 días: 17,34 €/persona/día