Traslado a Hanoi

El viaje a Hanoi en sleeping bus no fue esta vez tan «placentero» como en anteriores ocasiones: la carretera tenía muchas curvas, el asfalto a ratos era muy deficiente, el autobús era viejo y nos pusieron casi toda la noche el aire acondicionado que salía justo encima de Anna.
Llegamos el martes sobre las 9 de la mañana, con alguna hora de retraso pero una vez más nos dejaron en la zona mochilera en pleno centro histórico. Como nuestros amigos David y Sandra nos llevaban unos días de adelanto, sabíamos que había dos opciones que, por supuesto, visitamos: su hostel, habitación doble, 7,3€ y el Hanoi Backstreet Hostel, 8,76€, cama doble en una habitación compartida y desayuno incluido. No tuvimos dudas. Además nuestro hostel tenía un ambientazo increíble y un nivel de instalaciones y limpieza europeos, salvo la conexión a internet, como casi siempre en este país. Una vez instalados dimos una vuelta por el entorno del hostel que resultó ser, como casi siempre en el caso de las zonas mochileras, el centro histórico de la ciudad con muchísimas tiendas, restaurantes, pubs….

Visitas en Hanoi

A partir de ahí nuestra estancia, excursiones incluidas, estaba condicionada por el trámite del visado chino, el cual ya no se podía gestionar a través de agencias privadas sino que había que ir directamente a la embajada China. La localizamos. Intentaríamos ir al día siguiente.

Zona de la embajada y lago Hoan Kiem

El miércoles nos levantamos y fuimos directamente a la embajada China. Cerrada. Los estragos del año nuevo chino. Había que recordar que eran funcionarios y los organismos públicos cumplen a rajatabla las fiestas.
Aprovechamos para visitar la torre de la Bandera y los exteriores del museo militar, con algunos vestigios de aviones y tanques americanos. De ahí a la Pagoda de la Literatura, un edificio bastante bonito y una historia detrás interesante. Además entrada económica, un poco más de medio euro. El resto del día lo dedicamos a visitar los alrededores del lago Hoan Kiem y a buscarnos ropa de abrigo cara al resto de nuestro viaje que, exceptuando Bali, iba a ser bastante frío. Aquí, buscando bien, podíamos encontrar buena ropa de abrigo y a un precio increíble. Y así pasamos la tarde.
A la hora de cenar, las opciones callejeras eran increíbles. Todas o casi todas las aceras estaban repletas de mini sillas y mini mesas para cenar. El ambientazo no se podía describir. La verdad es que en Hanoi entre motos aparcadas y puestos de comida era literalmente imposible andar por las aceras y por la calle, con el denso tráfico de dos ruedas, también es complicado…en fin, tocaba adaptarse. No obstante, hay que tener cuidado: en algunos puestos callejeros sale más caro comer o cenar que en un restaurante. Nosotros os recomendaríamos alguno de la cadena Gecko. Comida buena a precio razonable. Y no es publicidad 😉
El jueves era el día clave: íbamos a la embajada. Nada más llegar nos dieron un papel con los requisitos y aprovechamos que estábamos allí para resolver dudas con un funcionario que hablaba inglés. A priori había alguno complicado pero íbamos a entregar lo que pudiéramos y a esperar. Lo teníamos que intentar. Si queréis saber más sobre nuestra experiencia con el visado chino, publicaremos más adelante un post específico.
De la embajada fuimos al hostel a preparar la documentación. Cuando acabamos, comimos y fuimos a recorrer las calles de los oficios. La verdad es que fue muy curioso. Pudimos ver como los comercios estaban agrupados por oficios. Muy vistoso…y al hostel. Yo tenía principio de gripe y había que cuidarse.
Llegó el viernes: esta vez SÍ tenía ser el día definitivo para el visado. Fuimos a primera hora a la embajada y entregamos los papeles. La chica que había hablaba un buen inglés y además era bastante amable. Nos hizo alguna pregunta de rigor y registró la entrada. Nosotros estábamos solicitando doble entrada a China, una primera por tierra -tren- y la segunda de Hong Kong a China, también por tierra. Además nos dijo que sí no nos llamaba a primera hora de la tarde, es que todo había ido bien y podíamos ir el miércoles siguiente a recoger el visado.
Fuimos a seguir con nuestras compras y a comer. Después volvimos al hotel para ver si teníamos algún mensaje. Nos dijeron que sí 🙁 La chica de la embajada China decía que la llamáramos o fuéramos para allí. Eran las 3 y cerraban a las 5. Sin dejar pasar un segundo fuimos para allí a ritmo casi militar. Por el camino os podéis imaginar las elocubraciones que llegamos a hacer pero realmente éramos algo pesimistas. Llegamos a la embajada y cerrada. El guardia ni papa de inglés y el interfono no funcionaba. Buen panorama. Lo que teníamos claro que de allí no nos íbamos de allí sin hablar con la funcionaria. Y de repente apareció nuestro pequeño ángel de la guarda materializado en un vietnamita que nos preguntó si teníamos algún problema. Le explicamos la situación, nos hizo de traductor y conseguimos hablar con la chica. Sólo era para decirnos que nos concedían 30 días por cada entrada y para darnos el papel para pagar en el banco. ¡Alegriiiiiiiia! Con el subidón en el cuerpo nos fuimos de compras (peligroso 😉 y al hostel tempranito. Yo estaba con algunas décimas de fiebre.
El fin de semana aprovechamos para que me recuperara, comprar la ropa de invierno y planificar nuestra estancia en Hanoi y China. Ahora sólo quedaba la entrada al Tíbet. De momento estaba cerrado hasta finales de marzo.
El lunes fuimos a pagar el visado de doble entrada a China (45$), lo cual, al ir andando, entre unas cosas y otras nos llevó todo el día. El tiempo seguía sin mejorar. Llevábamos bastantes días grises y visto lo visto, fuimos al hostel a «trabajar». Teníamos que ir mirando el tema del Tíbet y editar vídeos pendientes.
El martes recaí de forma bastante fuerte de mi costipado y estuvimos todo el día en el hostel, preparando distintos temas. Menos mal que llevábamos un botiquín bastante amplio y me pude automedicar con paracetamol. Aún así a ratos pensamos en llamar al seguro médico. ¡Qué dolor de cabeza!. Menos mal que salió un día malo y no nos supo mal estar «encerrados».
El miércoles fuimos por la mañana a recoger el visado chino. Luego comprobamos las previsiones para Sapa y contratamos el tour de 3 noches/2 días. La chica de la agencia nos dijo que era más que suficiente y nuestros compis Sandra y David así lo confirmaron. Salíamos al día siguiente en sleeping bus. La verdad es que habíamos pensado hacer por nuestra cuenta pero el presupuesto no tiene nada que ver, mucho más caro. La tarde la empleamos con el tema de Tíbet. Aunque faltaba tiempo, queríamos tener opciones ya encima de la mesa.

El Barrio francés

El jueves hicimos el check-out de «nuestra» casa en Hanoi y nos fuimos a visitar un parque cerca del llamado «barrio francés». El parque es el Bay Mau y tenia un inmenso Lago. Era muy bucólico. Curiosamente no había prácticamente nadie. Sobre las 6:30 cogimos de nuevo un sleeping bus esta vez dirección Sapa. Todo sobre nuestra estancia ahí está en un post propio.
El domingo llegamos al hostel de Hanoi sobre las 5 de la mañana. La noche del sleeping bus había sido regular y nos fuimos directos a la planta 5 del hostel, a dormir en la «lodge Room», una sala de esparcimiento repleta de sofás y cojines. ¡Qué maravilla! Y sin mucha cosa más pasamos ese día, básicamente perreando y solucionando algún asunto por internet.

Lago Tay Ho

Al día siguiente, decidimos visitar el inmenso lago de Tay Ho. El entorno era una zona bastante agradable. En el mismo estaba la pagoda de Tran Quoc, en una especie de isla. Estábamos ya cansados de pagodas pero era gratis así que pasamos a verla. No ofrece nada distinto pero su localización en el lago y la torre principal, la hacen bastante fotogénica.
Tras las fotos, comida y paseo hacia el hostel. De camino consultamos las previsiones de tiempo y contratamos el tour de 3dias/2noches de Halong bay. Ducha, descanso y paseo por el «nuestro» barrio. Cenamos en un puesto callejero y volvimos al hostel a consultar internet y ver una peli. Día tranquilo.
El martes contratamos el tour de Halong y dedicamos el resto del día a seguir preparando nuestra estancia en Hong Kong, China y Tíbet. China no era aparentemente un país sencillo para moverse entre otros motivos por la escasez de gente que hablara inglés y teníamos que entrar con todo lo más previsto posible.
El miércoles partimos finalmente a la bahía de Halong. La prevision era más o menos buena. En cualquier caso, no nos íbamos a ir de Vietnam sin ver esta maravilla. Podéis ver todo el contenido de estos días en un post específico.

Preparativos para entrar en China

Volvimos el viernes por la tarde, destrozados pero con una sonrisa. Salíamos el domingo tarde así que pasamos ese fin de semana sin hacer gran cosa, preparando detalles de última hora. China estaba ya muy cerca. Habíamos pasado casi 3 semanas en Hanoi y casi 2 meses en Vietnam. Todo se había retrasado debido a la fiesta del fin de año chino, el Tet (mejor pasarlo aquí que en China) y al trámite del visado pero una visita a este país necesita tiempo, un mes y medio mínimo a ser posible. Su gente, sus playas, sus valles su historia, su arquitectura, lo merecen.

Total gasto para 2 personas, 17 días: 326,6€

– Traslado: 13,8€
– Taxi: 3,5€
– Hostel: 121€
– Comidas: 131,7€
– Visitas: 3,3€
– Lavandería: 5,3€
– Varios: 47,8€
Total gasto por persona, 17 días:  9,6 €/persona/día