Llegada a Phu Quoc
Llegar a Phu Quoc con transporte público fue una pequeña odisea. Primer tramo en sleeping bus, medio de transporte bastante recomendable. Viajas de noche durmiendo en posición horizontal y relativamente cómodo. En nuestro caso, fue también bastante bien. Salimos sobre las 00:30 de la estación de autobuses de Ho Chi Min y llegamos sobre las 6 de la mañana para coger el ferry, bastante descansados. El ferry zarpó a las 8 y ya fuimos directos a la isla de Phu Quoc. La travesía fue bastante agitada y hubo bastante gente que se mareó. Pero al final, tras dos horas y media llegamos a nuestro destino.
Nada más bajar, como siempre, varios taxistas se nos echaron encima, literalmente. Tras conseguir nuestras mochilas y relajarnos un poco, estuvimos negociando con uno de ellos. Nos llevaba del puerto a la zona de bungalows por 7€ cada uno. Sabiendo que estábamos en la otra parte de la isla, aceptamos. En un cuarto de hora teníamos nuestro bungalow, a 100 metros de la playa, en una zona muy tranquila. El resort era el Thank Kim Nga, en la playa de Long Beach, donde se concentran la mayoría de alojamientos. Los precios, al ser temporada alta, no tenían nada que ver con lo que habíamos pagado hasta ahora. Este nos costaba unos 16€ la noche.
Moto y a rodar
Ese mismo día, tras tomar posesión de nuestro nuevo y temporal hogar, fuimos a pasear por la playa. Nos pareció bonita aunque un poco turística pero sin llegar ni de lejos a lo de Phuket. Paseo, unas pocas fotos y un baño para relajarnos del viaje. Al igual que Phuket, aquí también era imprescindible hacerse con una moto de alquiler. Negociamos con la mujer del resort y al final nos dejó la moto por 6€ el día.
Duong Dong
Nos cambiamos y fuimos a conocer Duong Dong, la ciudad más importante de la isla. Llegamos por la noche y aprovechamos para visitar el Night Market. Básicamente se trataba de un mercado para turistas donde se podía cenar y comprar souvenirs típicos de la isla. La oferta gastronómica era pescado y marisco. La isla en general vive de la pesca. La verdad es que tenía todo una pinta buenísima. Al final nos decidimos por cenar calamares y berenjenas a la plancha. Muy bueno. ¡Ah! Y un gofre de chocolate como postre 🙂
Vuelta a la isla
Los tres días siguientes estuvimos conociendo toda la isla con nuestra moto. Recorríamos la costa hasta las 5 de la tarde y luego nos relajábamos en la playa que teníamos cerca o bien en el bungalow. Por la noches íbamos al night Market o cenábamos por la zona del hostel que tenía muchos restaurantes.
El sábado 25 nos despedimos ya de la isla, rumbo a Mui Ne. Nos esperaba un día de autobuses bastante laaaaargo.
Día de las paellas vietnamita
Como anécdota de nuestra estancia en la isla, contaros que celebramos el viernes 24 -a distancia- el famoso Día de las Paellas de Benicassim (Castellón). En nuestro pueblo, ese días miles de personas se concentran para cocinar en la calle junto a amigos y familiares, una típica paella. Al estar a miles de kilómetros, nuestra opción fue cocinar una paella no tan típica, pero paella. La hicimos en nuestro hostel. Esa tarde conocimos al dueño, un francés muy simpático, le explicamos el asunto y accedió encantado a dejarnos su cocina. El resultado fue bastante bueno y nos dió para cenar nosotros dos, el francés y dos amigos suyos. ¡Genial!