Llegamos del delta del Mekong ya siendo de noche. No sabíamos siquiera donde nos estaba dejando el autobús. Pero nada más bajar, como ya os contamos, nos abordó una mujer que nos quería enseñar su hostel. Sin tener más opciones a priori, la acompañamos. La verdad es que el hostel, el Backpackers Club estaba genial y con un gran ambiente mochilero.
Tras dejar los bultos, salimos a dar una vuelta por los alrededores. Estábamos en el mismo centro. Genial.
Visitas por Ho Chi Minh City
Mercado de Ben Thanh
A la mañana siguiente, sábado, salimos a recorrer lo más significativo de la ciudad. Primero nos dirigimos al popular mercado de Ben Thanh. Al ser por la mañana, estaba abierta la parte interior y pudimos encontrar frutas, verduras y ropa.
A partir de las 7 de la tarde, el mercado cerraba y es entonces cuando se montaban los puestos de ropa y souvenirs en el exterior, con un gran ambiente.
Palacio de la Reunificación
De aquí fuimos al Palacio de la Reunificación, el cual sólo vimos por fuera al estar celebrándose no sabemos que acto. Hicimos algunas fotos del edificio, con una arquitectura sobria de los años 60, nada bonito, y de los aviones y tanques que había en los jardines.
Catedral de Notre Dame
Luego seguimos andando a la catedral de Notre Dame. Sí, habéis leído bien. Una réplica o intento de réplica de la conocidísima catedral parisiense. Es sobre todo llamativo el hecho de ver una iglesia de ese tamaño en un país donde el budismo es la religión dominante.
Además tuvimos la suerte de coincidir con la celebración de una misa. Muy impactante. Incluso había gente que seguía la misa apostados en la calle. Posteriormente pudimos comprobar que habían varias iglesias más repartidas por la ciudad. En la misma zona se encontraba también la oficina de correos instalada en un edificio muy bonito.
Cumpleaños feliz
Paramos entonces a tomar algo en una cafetería. Mis compañeras, Anna y Laura me tenían preparada una sorpresa: me sacaron un trozo de tarta con una vela mientras cantaban lo de «cumpleaaaaaños feliz, cumpleaaaaaaños feliz, …..» Jajaja…la gente alucinando y yo el primero. Ya me habían felicitado la noche anterior pero ya no me esperaba nada. Un detallado. Me gustó mucho 🙂
El edificio de la Ópera y el zoológico
Tras echarnos un rato de risas con la situación y devorar la riquísima tarta, bajamos hacia el río Saigón por varias avenidas muy comerciales, de bastante nivel. De camino pudimos ver el edificio de la ópera.
Dimos con el río llegando a la plaza Me Ling. Desde allí continuamos paseando al lado del río hasta llegar a los jardines botánicos. Hay que pagar entrada pero en su interior alberga un interesante zoo. Hicimos un retroceso a nuestra juventud pero disfrutamos de lo lindo como cuando éramos niños. Había todo tipo de animales pero nos gustó especialmente un ejemplar de tigre de Bengala. Precioso.
A la salida nos fuimos paseando hacia el hostel. De camino pasamos de nuevo por el mercado de Ben Thanh. Estaba a tope de gente. Es curioso comprobar que a pesar de que se cierra las calles circundantes al tráfico, las motos circulan con toda normalidad.
Nos dió hasta para ver una persecución tipo película americana en las mismas calles del mercado. Eso si, como era Vietnam, la persecución era en moto, como no 😉 . Fuera bromas, casi nos atropellan…
A celebrar el cumpleaños
Con el susto en el cuerpo volvimos al hostel. Ducha y de cena. Juanjo invitaba por su cumpleaños. Fuimos a un restaurante español de nombre castizo: «¡Olé!», regentado por dos catalanes majísimos. La cena fue fantástica: calamares a la plancha, chorizo frito, croquetas caseras y patatas bravas. Umm, aún se me hace la boca agua…la cena estaba buena pero la conversación con ellos fue también genial. Como en otros casos, aprendimos mucho. Una noche especial.
Túneles de Cu Chi
El domingo nos tocó madrugar para ver los túneles de Cu Chi. En el camino a los mismos visitamos una fábrica de artesanía de cuadros de madera que realizaban víctimas de la guerra. Este tema estaba muy presente en la cultura y en la sociedad vietnamita.
Al llegar a los túneles nos sorprendió lo bien montado y organizado que está. La verdad es que lo explican todo muy bien y de una manera muy ilustrativa. Te das cuenta de hasta donde llegaba el ingenio de los vietnamitas en el oficio de la batalla. Increíble. Nos mostraron todos los utensilios, trampas y talleres que utilizaban y además tuvimos la opción de circular por dentro de uno de los túneles que tienen reconstruido de la época de la guerra. 150 metros que se te hacen percibir la sensación que es vivir y luchar en unos túneles de esas dimensiones. Y eso que estos son un pelín más grandes. Y os aseguro que era angustioso.
Al acabar el tour, nos invitaron a un te y a tapioca. Por cierto, esta última, buenísima. Y de ahí para el hostel, al cual llegamos al mediodía. Esa tarde íbamos a acompañar a Laura al aeropuerto. Se iba ya para España. Una lástima. Y un consejo: exigid que el taxi ponga el taxímetro y que no os cobren nada más. Una vez se marchó, vuelta a la «rutina»…
Teatro de Marionetas
El lunes nos tomamos el día con muchísima calma. Por la mañana nos fuimos de compras por el centro. Ya por la tarde habíamos comprado las entradas para acudir al espectáculo de las marionetas de agua, por hacer algo diferente, y nos gustó mucho. El espectáculo reflejaba los principales aspectos de la vida vietnamita. Intervenían varios músicos con instrumentos tradicionales y que hacían también de cantantes y dobladores. El escenario sobre el que se movían las marionetas era agua. Muy recomendable.
Por la noche vinieron a buscarnos para coger el sleeping bus y posterior ferry a la isla de Phu Quoc.
Total gasto para 2 personas, 3 días: 88,21€
– Hostel: 22€
– Taxis: 7,8€
– Comidas: 28,9€
– Lavandería: 2,2€
– Visitas: 27,12€
Total gasto por persona, 3 días: 14,7€/persona/día
Hola! Somos Juanjo López y Anna Luna.
Nos podemos definir como 2 personas muy normales que pensamos que los sueños están para cumplirlos. Y que el azar tuvo a bien juntarnos para realizar uno común: DAR LA VUELTA AL MUNDO, con el hilo conductor de la comida. A partir de ahí no hemos parado de hacer lo que nos apasiona: viajar y descubrir nuevos países, nuevas culturas y por supuesto, nuevos platos sabrosos, sabrosos ?
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