En este post os vamos a explicar nuestra ruta de 4 días por la ciudad de Carcassone, en Francia.
Llegada desde España
Salimos de Castellón en coche por la mañana. Hasta Hospitalet de l’Infant seguimos por la N-340 que en este tramo es bastante buena. A la altura de este pueblo, cogimos la autovía A-7 hasta Tarragona. Allí tomamos ya la autopista que no dejamos hasta llegar a Carcassone.
Como los famosos «chalecos amarillos» estaban todavía de protesta en la salida de Carcassone, el tramo francés no lo pagamos….una alegría que nos llevamos. Llegamos unas 6 horas después de haber salido de Castellón.
Nos alojamos en los apartamentos Adonis (60 € apartamento/noche), al lado de la parte antigua. El apartamento fenomenal, con su cocina -pequeña aunque suficiente- y en general, muy bien equipado.
Esa noche la aprovechamos para nuestra primera toma de contacto con la Cité -la parte medieval de la ciudad- pues la teníamos al lado. Después, nos fuimos paseando a la Bastida -el otro barrio de Carcassone-, donde empezó a desarrollarse la ciudad nueva.
Un vinito caliente y a descansar.
La Cité
Nos despertamos y nos fuimos paseando a La Oficina de Turismo en la Cité. Allí nos entregaron planos e información para conocer Carcassone y alrededores. Llegamos media hora antes de que saliera un tour guiado en español que contratamos por 9,5 €. Además nos dieron gratuitamente la Carcassone Card que daba derecho a descuentos en determinadas visitas.
Con todos los mapas fuimos a tomar un café. Vaya tela lo que cuestan los cafés en esta ciudad: 3,5€ por aguachirri de color marrón pero bueno, y veníamos advertidos.
Bueno el tour está bien pues te da una vuelta por la ciudad, entrando en la catedral (muy recomendable por sus impresionantes vidrieras) y explicando detalles curiosos de esta impresionante ciudad durante una hora y veinte minutos. Después compramos la entrada del Castillo y nos adentramos dentro de esta fortaleza, dentro de la fortaleza. También muy interesante. No perderse el vídeo donde se explica la historia de la Cité.
Acabadas las visitas nos dimos un homenaje tomando un típico cassoulet, guiso típico de esta parte de Francia, hecho a base de alubias con carne de cerdo en nuestro caso. Hay otros hechos a base de pato.
La Bastida, la parte «nueva» de la ciudad
Acabada la comida nos bajamos paseando a la «Bastida», la parte nueva de la ciudad. No es tan bonita pero también tiene su encanto. La mayoría de la actividad se desarrollaba en la plaza Carnot que estaba totalmente iluminada con luces de colores. Había una fuente central helada con una pista de hielo alrededor para patinar y casetas de madera alrededor con puestos de artesanía, churros y vinos. Allí probamos el vino caliente que nos enganchó desde el principio. ¡Qué bueno! especialmente con el frío que hacía jajajaja. Repetimos todos los días.
En esta plaza hay multitud de bares y restaurantes con bastante ambiente, hasta las 10 de la noche. A partir de ahí, calma total. Aprovechamos para investigar qué se podía hacer allí en Nochevieja. No veníamos con grandes expectativas. Todos nos decían lo mismo: cena tranquila y luego para casa…aún así encontramos un irlandés, cerca de la plaza, el The Celt que tenían actuación hasta las 2 de la mañana… «wow» jajaja. También nos comentaron un pub llamado Café la nuit, que tenía fiesta hasta la mana pero eran un poco exigente con la vestimenta…y no veníamos, como es normal, especialmente preparados. Bueno, al menos opciones teníamos. 🙂
Primer día bien aprovechado.
Visita a los castillos cátaros
El segundo día lo dedicamos a visitar los cercanos castillos cántaros de la localidad de Lastries, a unos 20 km del apartamento. Había unas cuevas y una cascada en la ruta pero habíamos decidido cenar en el apartamento en noche vieja y queríamos dedicar la tarde a las compras así que decidimos visitar solo los castillos.
Una vez llegados a Lastries, aparcamos el coche a la entrada del pueblo al lado de La Oficina de Turismo. El pueblo es pequeño pero coqueto. Está situado en un valle con un río desde el que es posible ver enseguida los castillos en lo alto de unas montañas cercanas.
Desde el parking a la entrada hay unos 500 metros. Sorprende el gran edificio que hay antes de acceder a a la ruta de los castillos. Hay una cafetería, exposiciones, etc…
La ruta en general es bastante sencilla y no muy exigente. De los castillos queda más bien poco, sobre todo si lo comparas con la ciudad de Carcassone pero bueno el enclave donde se encuentran es bastante espectacular y la visita vale la pena. Lleva más o menos unas 2 horas y la entrada son 9,5 € por persona.
Cuando acabamos fuimos a un mirador cercano donde se contemplan los castillos desde una montaña cercana. Si no tenéis tiempo con la visita al mirador, hay de sobra. Además a este mirador se llega prácticamente a coche hasta el final.
Nochevieja
Volvimos de los castillos y fuimos a comprar la cena. Como no íbamos a pagar la barbaridad, pudimos ser más generosos con la cena.
Compramos gambas, gulas, carpaccio con parmesano, foie (cómo no), quesos de la zona (espectaculares), brancada y como plato principal medallones de ternera…y todo ello con vino tinto.
Disfrutamos de los majares y después de las uvas, nos fuimos de «fiesta». Primero al pub The Celt hasta las 2 donde disfrutamos del grupo de música -bastantes buenos por cierto- y luego al Café du nuit. Aquí no esperábamos nada bueno pero el Dj era bastante bueno y disfrutamos bailando un buen rato. Había gente de todas las edades y el ambiente era bueno. Bastante español también había por cierto. Lo único malo el precio de la bebida, como siempre…5 € una cerveza.
Cuando nos quisimos dar cuenta, eran las 5 y nos retiramos a casa que al día siguiente tocaba vuelta a casa.
Narbonne y vuelta a casa
Salimos a la 11, hora límite del check-out y nos fuimos a tomar un café a la Cité a modo de despedida. Tras disfrutar del último vistazo a esta maravilla histórica nos dirigimos a Narbona, ya camino a España. Los chalecos amarillos estaban de año nuevo y ese día os tocó pagar la autopista (5€).
En una hora, ya estábamos aparcado en pleno centro de la ciudad. Nos ayudamos de un mapa para hacer un visita por eso puntos clave:
- Catedral de San Justo y San Pastor
Es una catedral inacabada que nunca se terminará. La entrada es gratuita.
- Torre y palacio de los Arzobispos
Edificio del s. XIII al lado de la catedral. Es sede del Ayuntamiento de Narbona, el Museo del Arte y el Museo Arqueológico. Destaca por tener un enorme lazo rojo en su fachada. No sabemos si estaba ahí de forma permanente o provisional.
Estaba cerrado al ser 1 de enero pero dicen que las vistas desde arriba son espectaculares.
Entrada: 6€
- Puente de los Mercaderes
Cruza el Canal de la Robine justo por la antigua calzada romana vía Domitia.
Como curiosidad decir que es uno de los pocos puentes habitados de toda Francia.
- Mercado de Abastos
Hay más visitas pero estas son las principales y tampoco tuvimos tiempo para más. Bonito pero al venir de donde veníamos nos supo a poco.
En un rato estábamos de vuelta en el coche y emprendimos el camino a casa. Sobre las 20:00 horas ya estábamos en Castellón. Cansado pero satisfechos.
Gastronomía sabrosa en Carcassone
La estrella es como no, el cassoulet es un guiso elaborado con alubias blancas y con carne. Es típico de la cocina del sur de Francia.
El ingrediente básico del cassoulet, como hemos comentado es la alubia blanca, que se cuece con trozos de carne y embutidos como costilla de cerdo, salchicha de Toulouse, tocino, o pato.
Para elaborarlas se ponen las alubias en remojo unas horas antes y luego se cuece todo a fuego lento con algunas verduras (tomate, cebolla, zanahorias, ajo y finas hierbas), grasa de pato y un poco de agua en una cassole o cazuela de barro.
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