Nos despertamos sin mucha prisa. Salíamos a Uyuni pero el autobús no partía hasta las 11. Desayunamos y cargados fuimos a coger un bus público (1,5 €) a la ExTerminal de donde salían los buses a Uyuni. No confundir con la nueva terminal, a donde se llega o sale a/desde Sucre.
Llegamos y había 2 empresas, Trans Emperador y Diana Tours. Como la primera salía a las 12 y la segunda contaba también con buenos autobuses, nos fuimos con Diana Tours. Todas costaban 3 €.
Salíamos a la 11 y tras incontables paradas para subir y bajar gente, aunque no tuvieran sitio en el mismo, llegamos a Uyuni. El pueblo era realmente pequeño pero muy turístico. Era de donde salían los tours al Salar de Uyuni. Por lo demás era feo y polvoriento sin ningún interés.
Primero de todo fuimos a buscar hostel, tarea difícil pues era todo bastante «caro». Al final preguntando dimos con el hotel Maná. Un sitio limpio con un precio aceptable, 10,6€ habitación doble con baño compartido y cerca del centro. Dejamos las mochilas y nos fuimos a comer. Sólo habia una avenida importante donde se concentraba prácticamente todo el comercio, la calle Arce. Los precios eran también elevados pero al final, tras buscar bastante, dimos con un sitio donde comimos por unos 6 € los dos.
Luego a buscar agencias para el tour de Uyuni. Este se podía realizar en 1, 2, 3 o 4 días. Los precios para el de 3 días, el que hacia casi todo el mundo era entre 69 y 95 €. Estuvimos viendo varios sitios y al final nos decantamos por Latitudes Expediciones. Negociando, conseguimos que nos lo dejara por 72,2€, un precio muy bueno, incluido saco de dormir. Además era un itinerario algo mas largo que el resto de agencias (todos hacían el mismo).
Con los deberes hechos estuvimos comprando souvenirs y regalos varios. Sobre las 8 llegábamos al hotel. Algo de internet y a dormir.
PRIMER DÍA 
No madrugamos mucho, pues el tour salía sobre las 10:30. Hicimos algunas compras de víveres de última hora, además de desayunar, y ya nos fuimos a la agencia, donde dejamos las mochilas.
Primero de todo, fuimos a solucionar el tema del sello de salida de Bolivia. El tour tenía dos opciones: o te traían de vuelta a Uyuni o te dejaban en la frontera con Chile. La mayoría de gente, nosotros incluidos, escogía la segunda. El sellado de la salida se podía hacer en Uyuni o bien en la frontera. Como costaba lo mismo, 1,60 €, y teníamos tiempo, lo hicimos en la oficina de inmigración de Uyuni (avenida ferroviaria). 
Con el pasaporte en regla, volvimos a la agencia. Allí conocimos al dueño. Nos dijo que había un error en el recorrido. El chico que había estado la tarde anterior era nuevo y nos había ofrecido el recorrido del tour de 4 días. Estuvimos discutiendo un poco y al final nos iban a hacer el circuito de 4 días en 3, alargando el primer día. Genial! 
Sobre las 11 de la mañana salíamos en un potente todoterreno Toyota, aunque algo viejo. Todos iban equipados con bidones de gasolina extras por la falta de suministro en el salar.
Nuestro conductor guía era Bernardo, un tipo muy dicharachero. 
La primera parada fue el Cementerio de trenes, muy cercano a Uyuni. Antiguamente estos trenes habían servido para transportar la plata de las minas pero luego cayeron en desuso y se fueron abandonando en este lugar. El lugar es especial, parece sacado de alguna película de misterio o terror. Nos hicimos unas cuantas fotos, acompañados de todos los 4×4 de otras compañías (todos hacen el mismo recorrido) y a seguir.

Tras varios kilómetros llegamos a Colchani, un pueblo donde paramos porque había un mercadillo de artesanía de varios productos entre ellos, algunos hechos íntegramente de sal. Seguimos avanzando y ya nos adentramos propiamente en el Salar. Es un lugar increíble y único en el mundo. Se trata de una vasta extensión de unos 10.500 km2 y es el mayor desierto de sal continuo del mundo además de ser una de las mayores reservas mundiales de litio. Es realmente bello y sorprendente.
Continuamos avanzando hacia el norte a través de esta increíble planicie blanca y tras más de una hora de coche llegamos a las faldas del volcán inactivo Tunupa, una preciosa montaña con varios colores. Realmente bonita. A sus faldas paramos y Bernardo nos preparó la comida que tomamos sentados en el salar. Teníamos cerca una pequeña balsa de agua con flamencos. 
Tras la comida retomamos nuestro camino hacia la isla de Incahuasi. Esta isla estaba repleta de cactus gigantes, algunos de los cuales podían llegar a medir 10 metros. En ella tuvimos que pagar 3,18€. Hay un camino que en unos 20 minutos te lleva a lo alto. La vista desde allí es fantástica. Se pueden observar kilómetros y kilómetros de esta inmensa llanura blanca.

Nos subimos de nuevo al coche y al cabo de media hora paramos. Era el momento de las típicas fotos divertidas del salar. Las chicas francesas que venían con nosotros iban preparadas y empezaron a sacar llamas, dinosaurios, tabletas de chocolate, etc. Nos quedamos boquiabiertos. Aquí se podía jugar fácilmente con las perspectivas y sacar fotos originales.
Tras casi una hora, salimos de este maravilloso sitio en busca de nuestro alojamiento para esa noche. Como no, un hotel hecho enteramente de sal: suelos, paredes, camas…muy original y bonito pese a que desde fuera se veía un poco cutre. Allí estuvimos el resto del día, tomando te y hablando sobre los sitios que conocía cada uno del grupo. Éramos 2 españoles, 2 francesas, una alemana y un italiano, como el chiste, jajajaja. Fue muy entretenido y enriquecedor.

SEGUNDO DÍA
Nos despertamos con la triste noticia de que el chico italiano regresaba a Uyuni. No le gustaba «tanta aventura», jajajaja. Una pena. Era un tipo simpático. El resto del grupo cargamos el coche y nos pusimos en ruta. Seguimos hacia el sur.
El paisaje cambió. Desapareció la sal y nos adentramos en desierto con bastante piedra eso sí, siempre rodeados de montañas muy bonitas. Atravesamos de camino el salar de Chiguaya, aunque estaba cubierto prácticamente de tierra. Más tarde paramos en el mirador del volcán activo Ollagüe, una montaña majestuosa y donde era posible observar una potente fumarola blanca saliendo de él. El mirador en sí también era especial: se trataba de una zona de piedras que hace miles de años estaba cubierta de agua gracias a lo cual, actualmente, tenía unas caprichosas formas. Otra curiosidad era que por parte de esta zona discurrió parte del rally Dakar de 2014. Normal, era perfecto para eso ;-).
Al cabo de un rato llegamos a la primera laguna que íbamos a visitar ese día, la laguna Cañapa. Se trataba de una laguna salada lo cual se podía fácilmente deducir al observar sus bordes blanquecinos. El color del agua era azul verdoso. Además pudimos ver bastantes flamencos paseando tranquilamente en busca de alimento así como patos salvajes y gaviotas andinas. Todo un espectáculo mientras comíamos a sus orillas.
Muy cerca de esta, estaba la siguiente, la laguna Hedionda. Era una laguna muy bonita con algunas tonalidades amarillas resultado del azufre que contenía. Allí pudimos observar bastantes flamencos y algún grupo de vicuyas correteando despistadas por el lugar. Además de flora y fauna, hay un hotel en el lugar. No sabemos el precio de la habitación pero sólo ir al baño ya te cobraban 0,5€, una barbaridad en Bolivia. Pasamos un buen rato paseando y tomando fotos. Aquí todo se tenia que hacer con calma. Nos movíamos todos los días en alturas entre los 4 y casi 5.000 metros y todo costaba más.
La siguiente laguna la atravesamos sin parar. Era la Chiarkota. No tenía nada especial, comparada con el resto, por supuesto. A pocos kilómetros encontramos un animal muy típico de la zona, el zorro andino. Paramos para darle la restos de nuestra comida y así que se acercara para hacerle fotos. Funcionó 😉
Luego de aquí paramos para tomar fotos de la laguna Honda y de allí ya emprendimos camino seguido al paso del Cerro Colorado. De camino, atravesamos un angosto valle (sólo cabía un coche) donde paramos un momento a observar las vizcachas, una especie de conejo que habita esta región. Poco después paramos para observar el Cerro Colorado en una llanura donde nos encontrábamos a casi 5000 metros. El cerro era muy bonito al estilo de muchas montañas de la zona, con tonalidades de varios colores.

De esta zona llegamos en un rato a una zona de rocas volcánicas con formas muy curiosas fruto de la erosión. De entré ellas destacaba el famoso Árbol de Piedra, donde nos hicimos las pertinentes fotos.
Muy cerca se encontraba la guinda del pastel del día, la laguna colorada. Era una preciosa laguna multicolor donde predomiban los tonos rojizos fruto de bacterias y algas que habitan en él. Además pudimos disfrutar de la visión de miles de flamencos que habitan sus aguas. Impresionante. Fuimos capaces de ver toda esta amalgama de colores porque llegamos a él por la tarde, momento en el que hacia viento y hacia moverse todas las algas. 
Justo al lado de la laguna está la entrada al parque, donde hay que pagar 16 € de entrada. De allí ya fuimos directos al «hotel». Se trataba más bien de una especie de refugio, sin calefacción, a 4.000 metros y con sólo 2 horas de luz eléctrica. Pese a todo pudimos disfrutar de una buena duchas de agua caliente y una estupenda cena. Después a dormir, tocaba madrugar.
TERCER DÍA
Sonó el despertador a las 4:45 de la mañana. Nos queríamos morir. Entre destellos de linterna, recogimos todo y fuimos a desayunar. Todavía con legañas y muertos de frío, subimos al coche.
Fuimos viendo amanecer hasta que al cabo de unos 45 minutos llegamos a la fascinante zona de Sol de Mañana. Era un lugar fascinante donde pudimos observar potentes geysers, con agua brotando a una temperatura de 90° C y numerosas fumarolas, de donde salían vapores y barro a alta temperatura. 

Ya de día, aunque helados por la baja temperatura, paramos en unos baños termales al aire libre (0,63 €). Y nos bañamos, como no. La temperatura del agua estaba en torno a 38 grados y aunque no apetecía por el frío exterior, una vez dentro, era maravilloso. Media hora sumergido permitían salir y no pasar frío. Increíble. Bueno los primeros 10-15 minutos. Curioso. 
Una vez en el coche fuimos a las 2 últimas visitas del tour, la laguna blanca, bonita pero sin más y la laguna verde a los pies del impresionante volcán Licancabur, a 4.350 metros. Esta laguna suele tener tonalidades verdes pero sólo se puede observar por las tardes. Por lo demás sólo destacar las impresionante rocas volcánicas negras que se encuentran cerca de su orilla.
Vista esta laguna sólo quedaba acercarnos al puesto fronterizo boliviano de Hito Cajones. Allí nos recogió un minibus que nos llevaría en unos 45 minutos a San Pedro de Atacama donde pasaríamos el control policial.
Sólo decirnos que os recomendamos mucho este tour. Se pueden observar paisajes naturales impresionantes, muchos únicos en el mundo.
Total gasto para 2 personas, 3 días: 142,32 €
– Autobús Potosí-Uyuni: 6,36 €
– Bus urbano: 0,32 €
– Tasas terminal: 0,21 €
– Alojamiento: 10,61 €
– Comidas: 16,93 €
– Tour: 93,35 €
– Salida Bolivia: 3,18 €
– Varios: 12,36 €
Total gasto por persona, 3 días: 23,72 € €/persona/día