
Allá a las 11:15 nos llamaron para embarcar. El equipaje lo marcaron con un tíquet de tal manera que sólo nosotros pudiéramos retirarlo del mismo. Esta compañía respondía a las buenas críticas que habíamos leído. Además por dentro era bastante ancho y cómodo.
Salimos puntuales hacia Ica. A diferencia de España aquí teníamos que ir todo el trayecto con los cinturones de seguridad abrochados. Curioso. A mitad de trayecto nos ofrecieron de forma gratuita la comida, con bebida incluida. Decir que habíamos comprado el ticket VIP (9,66€ cada uno).
Sobre las 16:30, llegábamos a la ciudad de Ica. Llamamos a Berly, nuestro surfer y aprovechando que estaba por la zona, nos vino a buscar. Berna vivía en un distrito de la ciudad, Parkona, cercano al centro. Era una persona muy amable y siempre sonriente :). Nos llevó a casa para mostrarnos la habitación para los surfers y explicarnos las 4 cosas básicas.
Tras despedirse de nosotros, dejamos las mochilas y nos fuimos al centro. Para llegar al mismo cogimos el llamado taxi colectivo, en el cual pagas una cantidad fija según trayecto y compartes el taxi con mas gente. Sencillo y eficaz.
En el centro aprovechamos para comprar el billete de bus para Cuzquo que cogeríamos el viernes por la noche. Nada menos que 17 horas de trayecto. Al menos había opción de semi-cama 🙂 con cena y desayuno incluidos. (30€ aprox.). Después estuvimos paseando por la plaza de Armas y viendo las opciones que nos ofrecía esta ciudad. Cenamos en un restaurante bastante popular de la ciudad con comida típica peruana a precios razonables (entre 1,8 y 3,6€ el plato) y ya volvimos a casa, en taxi compartido, como no, jajaja.
El jueves nuestro surfer nos vino a darnos los buenos días a las 7 y ya nos pusimos en marcha. Al salir de nuestra casa, cogimos un taxi, de los normales pues íbamos a un destino no muy habitual, Huacachina. La verdad es que era muy bonito: se trataba de un oasis en mitad del desierto con palmeras y rodeado de hostales y restaurantes y unas enormes dunas. Era el refugio de los mochileros. Un sitio muy tranquilo. Además había bastante actividades en el desierto. Nos decidimos por una excursión en «coches tubulares», es decir, boogies de 6 personas, por las dunas y sandboarding, o sea deslizamiento por las dunas de arena en tablas de surf. En total 1 hora de diversión para descargar adrenalina dando botes por las dunas con el coche por el extensisimo desierto y reírnos haciendo sandboarding. Muy recomendable. 10€ por persona 😉
Después de la experiencia, descansamos un ratito y ya nos fuimos para el centro de Ica para comer. Allí cogimos otro taxi para ir a visitar una de las numerosas bodegas que había en la región. Existían varias bodegas pero decidimos ir a ver una de las tradicionales, la bodega del Lazo. La bodega en sí era pequeña pero muy bonita. El dueño nos enseñó personalmente la sala donde tenían las tinajas con el vino madurándose. Muy curiosa y bonita. Curiosa era también la forma de catarlos: utilizaban una caña para servirlo. Los vinos eran casi todos dulces. Como nos quedamos con ganas, nos pedimos una jarrita. Muy bueno, hip, jajajaja.
A la hora de volver, cogimos un taxi que estaba en la bodega aparcado. No nos dimos cuenta hasta que empezamos a circular que el conductor era también aficionado al vino. Que malos 10 km pasamos…. 🙁
Con el susto en el cuerpo, llegamos a Ica y sin muchas ganas de nada más, nos fuimos a casa. Aprovechamos la tarde para lavar la ropa, ducharnos y otros menesteres. Y descansar: al día siguiente íbamos a ver las Líneas de Nazca en avioneta y tocaba madrugar.
Total gasto para 2 personas, 2 días: 76,19 €
– Traslado: 19,08 €
– Alojamiento: 0 € (Coachsurfing)
– Comidas: 19,35 €
– Taxis: 10,86 €
– Tour dunas: 21,2 €
– Varios: 5,7 €
Total gasto por persona, 2 días: 19,04 €/persona/día