1) Tren Cuzco/Aguas Calientes
Es la forma más rápida, directa y cómoda que hay, pero bastante cara, unos 130$ aprox.
2) Trekking
Básicamente la gente se decanta por uno de estas 3 opciones
– Camino Inka (4 días/3 noches)
Es la opción más popular entre las caminatas por lo que hay que reservarlo con bastante antelación.
– Jungle Trekking (4 días/3 noches)
Combina la bicicleta con las caminatas distintos medios de transporte hasta llegar a Aguas Calientes (mini van, mountain bike, rafting…)
– Trekking del Salkantay (5 días/4 noches)
Es el más duro de todos por la distancia recorrida y la altitud acumulada
3) Por cuenta propia
Es la opción más económica y la que escogimos nosotros. Además la puedes combinar con las visitas arqueológicas del valle Sagrado y matas 2 pájaros de un tiro.
PRIMER DÍA
El miércoles empezábamos nuestra ruta del Valle Sagrado camino a Macchu Pichu. Como en otras ocasiones similares, dejamos las mochilas grandes en Andahuaylillas y nos fuimos con las 2 pequeñas. Primero de todo, tomamos el bus de Andahuaylillas, donde dormíamos, a Cuzco (2,5 soles) a primera hora. Después del hospital Regional donde nos dejaba el bus, fuimos andando a la parada de autobuses para Pisak. Justo antes de llegar a la misma nos abordó un hombre que nos ofrecía una combi (mini van compartida con otros viajeros). La combi tardaba 40 minutos y nos costaba 5 soles. El autobús tardaba una hora y costaba 4. Nos decidimos así por la combi.
Para llegar a Pisak, había que subir y posteriormente bajar una montaña con lo que la carretera tenia bastantes curvas. Esto no parecía importar al conductor que derrapaba en casi todas las curvas, hasta el límite que tuvimos que llamarle la atención los pasajeros. Al cabo de los 40 minutos llegamos a la bonita aldea de Pisak. Eran sobre las 9 de la mañana. Fuimos directamente a buscar un taxi para subir al inicio de las ruinas, única forma de llegar a lo más alto. El precio oficial era 25 soles pero después de llorarle un poco, lo sacamos por 20. En unos 10 minutos nos llevó a la entrada. Nos sellaron el boleto turístico que habíamos adquirido en Cuzco (130 soles) e iniciamos la visita. El antiguo poblado inca estaba situado a lo largo de una escarpada montaña. Lo ideal era empezar visitando el poblado de más arriba y descender e ir visitando el resto de restos. De lo que en su época fueron edificios con distintas funcionalidades quedaba más bien poco pero las terrazas de cultivos estaban enteras. Era impresionante ver como podían crear estas estructuras en valles con tanto desnivel. La visita se puede realizar descendiendo progresivamente y llegar andando hasta el mismo pueblo, como hicimos nosotros.
Curiosidad: si se accede andando desde el pueblo por la montaña el control es nulo (al menos cuando estuvimos nosotros) con lo que es posible acceder gratuitamente al recinto, aunque la subida es realmente dura.
Tras unas 3 horas de visita, llegamos a la plaza principal del pueblo que realmente era una explanada ocupada por un mercadillo. Aprovechamos para descansar y probar las deliciosas Salteñas. Buenísimas. Recuperado el aliento, tomamos una combi para Urubamba (4 soles). Tardamos sobre 40 minutos.
Respecto a los precios de las combis, informarse previamente hablando con la gente local. Están establecidos y si te ven con dudas o sin idea te cobran el doble o incluso el triple. Aunque estamos hablando de importes bajos.
En Urubamba andamos desde nos dejó la combi hasta la terminal de buses, unos 10 minutos. En esta terminal existe una parte destinada a buses y otra a combis. En esta última cogimos una con dirección a Ollantaytambo, Ollanta para la mayoría de la gente. Tardamos como 20 minutos y nos costó 3 soles.
Nada más llegar a la preciosa localidad de Ollanta, nos pusimos a buscar hostel, sin casi reparar en lo bonito que era. Nos alejamos de la plaza principal y tras preguntar en varios sitios encontramos un hostal limpio, con internet y bien de precio, teniendo en cuenta lo turístico del sitio: 50 soles la habitación doble sin baño. Dejamos las mochilas y rápidamente nos fuimos a visitar las ruinas de este pueblo. Eran las 4 y el acceso se cerraba a las 5.
Las ruinas se asentaban sobre la ladera de una empinada ladera que dominaba la ciudad. En la parte alta estaba el correspondiente templo del sol y otras construcciones bastante deterioradas por el paso del tiempo. Estaba repleto de gente lo cual hacia bastante pesada la visita. Con el atardecer se fue vaciando y empezamos a disfrutar más del complejo.
Sobre las 7 llegamos al centro de la ciudad para cenar. Todo era bastante más caro que Cuzco pero perdiéndonos un poco encontramos un sitio con menú completo a 6 soles y además buenísimo ;-).
Después de cenar fuimos a preguntar a que hora pasaba el autobús para Santa Marta. En la oficina de turismo de Cuzco nos habían dicho que pasaba sobre las 4 de la mañana pero resultó que no era cierto. El primero pasaba sobre las 10, con lo que no nos daba tiempo a llegar a Macchu Pichu ese día. Cambio de planes. Nos levantaríamos temprano e iríamos a visitar Moray y las salineras para coger a continuación un autobús que nos llevara a Santa Marta y luego a Santa Teresa, donde haríamos noche.
SEGUNDO DÍA
Nos levantamos temprano. Ese día visitábamos Moray y las salineras y luego marchábamos a Santa Teresa. Había mucho que hacer y disfrutar.
Primero de todo nos tocaba coger un combi a Urubamba. Salían en el mercado cuando estaba llenos. Nosotros por sí acaso estuvimos allí a las 7 y en apenas 15 minutos salimos. 1,5 soles por persona y una media hora.
En la terminal de Urubamba, cogimos un bus a Cuzco (2 soles) que pasaba por el desvío de la carretera al pueblo de Maras. Allí teníamos que avisar al conductor para que nos parara. Salimos casi al llegar a la terminal (a esas horas hay mucho tráfico de gente).
Tras un poco más de media hora de fuerte subida (se llega a los 3.800 metros) desde el valle llegamos al crucero con la carretera de Maras. Allí había varios taxis esperando a la gente para llevarlos al pueblo. Estuvimos negociando con uno. Nos pedía 30 soles por llevarnos a Moray, esperarnos durante la visita (unos 25 minutos) y luego dejarnos en Maras. Tras llorarle, nos lo dejó en 20 con la condición de recoger gente durante el camino.
Llegamos del cruce al pueblo de Maras y de ahí en un rato estábamos en las ruinas arqueológicas de Moray. Aparcamos y el mismo taxista nos hizo una introducción histórica a las ruinas del lugar. Se trataba de un laboratorio agrícola. Eran unas terrazas de cultivo a distintas alturas donde los Incas experimentaban con distintos cultivos. Con los resultados obtenidos enviaban semillas de un tipo u otro, a un lugar determinado. Una muestra más de lo avanzado de esta civilización.
Tras una vuelta de una media hora, el taxista nos llevó de regreso a Maray. Allí nos dejó al inicio de una pista que nos llevaría directamente a las salineras. El camino es fácil pues es todo el rato cuesta abajo. Se va descenciendo de nuevo hacia el valle. Al cabo de unos 45 minutos llegamos al lugar. Era realmente impresionante. Más de mil salineras asentadas en la ladera de un valle. Tras pagar la entrada (7 soles), estuvimos andando por el lugar. Era precioso. Las salineras se alimentaban curiosamente de un pequeño flujo de agua salada que emanaba de la montaña. Eran de la época inca. Era increíble ver toda la ladera jalonada de pequeñas piscinas blancas, a distintas alturas, con agua de distintas tonalidades: marrones, verdes, blancas…muy bonito. Había cientos, de hecho eran en torno a 1.300 e iban en aumento.
Tras disfrutar de este bonito espectáculo natural, continuamos por la pista rumbo a la carretera que llevaba a Ollanta. Una vez en la carretera, cogimos una combi y por un sol nos llevó al pueblo.
Una vez en el pueblo, nos metimos en un atasco. Vimos que por delante de nosotros había un autobús. Por sí acaso decidimos bajar de la combi y dirigirnos corriendo a ver sí era «nuestro» autobús. Tuvimos suerte. Resulta que era el que llevaba a Santa María. Valió la pena la carrera. Era las 11:20 y ya estábamos en el autobús a Santa María (15 soles). Genial.
La carretera hasta Santa María era tan bonita como peligrosa, con curvas de principio a fin, muchas de ellas de 180 grados y ciertamente no muy ancha. Eso sí, ofrecía unas vistas increíbles de los nevados y precipicios que íbamos pasando. Tras 3 horas y media llegábamos a Santa María de una pieza.
En el mismo lugar donde nos dejaba el autobús ya había taxistas ofreciéndose para llevarnos a Santa Teresa, nuestro destino ese día. Hablamos con una pareja de italianos que iban al mismo sitio y nos montamos los 4 en un taxi. Nos cobraba a cada uno 10 soles.
Los autobuses normales no llegan a Santa Teresa pues la carretera se torna en un camino de tierra con bastantes piedras y estrecho. A nuestro taxista eso parecía darle igual e iba bastante rápido. El valle era precioso y la altura de la carretera respecto al fondo del valle muy, muy grande. Se nos hizo eteeeeerno un trayecto que duraba unos 45 minutos.
Finalmente te llegamos al pueblo y el mismo taxista igual de temerario que simpático nos buscó un hostel muy sencillo, a 15 soles la noche por persona. También nos propuso acudir a unos baños termales cercanos por 10 soles cada uno, ida y vuelta. Accedimos y la verdad es que hicimos bien. Se trataba de 3 pozas con agua caliente natural. Estaba en torno a los 38 grados. Lo disfrutamos de lo lindo. Muy recomendable. 5 soles por persona.
Tras descansar, volvimos al hostel y de allí a cenar. Ese momento coincidió con un espectacular incendio en las montañas cercanas. Nosotros preguntábamos a la gente pues veíamos a todo el mundo como con una actitud muy indiferente. Nos dijeron que el incendio ya se apagaría, que el terreno era muy escarpado y no se podía hacer nada. En fin. Dimos una vuelta por el pueblo y a dormir. Al día siguiente madrugábamos mucho.
TERCER DIA
Nos tocó madrugar mucho. A las 4 de la mañana nos pasaba a buscar el mismo taxista para llevarnos a Hidroeléctrica, punto a partir del cual continuaríamos andando hasta Aguas Calientes. Normalmente cobran 5 soles por persona pero al ser tan temprano, cobró el doble.
Sobre las 4:30 ya estábamos en Hidroeléctrica. De allí partía un tren hasta Aguas Calientes, pueblo de partida para visitar Machu Picchu, pero no nos venía bien ni por dinero ni por horario, así que nos pusimos a andar al lado de la vía. Lo hace mucha gente ya que hay habilitado un pequeño camino al lado de las vías para quien va andando. Linterna en mano empezamos el camino. Al cabo de 2 horas llegábamos a Aguas Caliente, ya de día totalmente. El último kilómetro se hace ya en carretera asfaltada pues se llega a la carretera que utilizan los autobuses del parque para subir al Machu Picchu.
Primero de todo compramos los tickets de autobús para subir. Es caro, 28 soles, pero vale la pena, sobre todo sí no tienes tiempo. Después de comprarlos, Anna se puso a guardar cola para subir al autobús y yo fui a comprar los tickets de Macchu Pichu (126 soles). Se compraban en la plaza principal y había que llevar el pasaporte. Sólo conceden una entrada (o 2) por persona. Con las entradas en mano, esperamos a coger el autobús. La verdad es que están bastante bien organizados y no esperamos mucho rato.
12 kilómetros y varias curvas después estábamos en la entrada de Macchu Pichu. Había varios guías oficiales ofreciendo sus servicios. Se nos acercó uno y tras regatear un rato, le sacamos el tour por 15 soles cada uno. Éramos 7 en el grupo. Perfecto. Dejamos las mochilas en las taquillas y tras 5 minutos andando tuvimos la primera visión del complejo arqueológico. ¡Brutal! Empezamos a hacer fotos mientras el guía hablaba sin que ninguno le atendiera :-). Las 3 horas siguientes transcurrieron visitando los restos acompañados de las interesantes explicaciones del guía. Era increíble lo inteligentes que eran los Incas. Al final del recorrido el guía nos indicó el lugar exacto desde el cual se toman las típicas fotos del lugar. Subimos y la imagen nos impactó. Estuvimos un rato anonadados contemplando la maravillosa escena. No sólo los restos eran maravillosos sino el entorno natural. Brutal.
Aprovechando que teníamos tiempo, visitamos el Puente Inca, muy cercano aunque no aportaba nada especial. Otras opciones que había era visitar el Huayna Picchu o la Puerta del Sol. Para visitar el primero es necesaria una reserva por internet con unos 3 meses de antelación. La puerta del Sol era la que conectaba el Camino Inca con el recinto del Macchu Pichu pero tampoco la fuimos a ver pues entre ir y venir eran casi 2 horas y aún teníamos que volver. Así que contentos con lo visto, decidimos volver.
Primero tocaba bajar a pie el trayecto del autobús. Se hacía de forma casi directa mediante unos empinados escalones. Nos llevó una hora y cuarto y acabamos bastante cansados. Descansamos un poco al final y retomamos el camino de vuelta a Hidroeléctrica, al lado de la vía del tren. Ahora que era de día, podíamos ver la belleza del lugar. Tras 2 horas llegábamos a Hidroeléctrica donde había una combi que nos llevaba directamente a Santa María (15 soles).
Una vez en Santa María había 2 opciones. La primera era coger una combi a Cuzco (25-30 soles). A nosotros no nos servía pues suponía llegar a Cuzco sobre la 1 de la mañana y a esas horas es complicado encontrar alojamiento. La segunda era esperar el autobús (15 soles) a Cuzco y bajarnos en Ollanta y quedarnos a dormir allí ya que llegábamos a buena hora, en el hostel que ya conocíamos (50 soles). Sin dudarlo escogimos esa segunda opción sobre las 12:30 llegábamos al hostel, cansadísimos del día tan intenso.
CUARTO DÍA
Nos levantamos temprano y desayunamos con calma. Después fuimos al mercado donde salían las combos a Urubamba. Esta vez nos cobraron lo correcto, 1,5 soles. Allí cogimos finalmente el bus a Cuzco (4 soles).
No es la forma más fácil de hacer la subida a Macchu Pichu pero sí la más barata, divertida e interesante. Os la recomendamos 😉
Total gasto para 2 personas, 4 días: 318,11 €
– Traslados (buses, combis, taxis): 68,66 €
– Alojamiento: 34,46 €
– Comidas: 44,67 €
– Boleto turístico Valle Sagrado: 68,92 €
– Visitas: 6,36 €
– Entrada Macchu Pichu: 66,8 €
– Bus Macchu Pichu: 14,84 €
– Guía Macchu Pichu: 7,95 €
– SIM: 2,65 €
– Varios: 2,8 €
Total gasto por persona, 2 días: 39,76 €/persona/día