Habíamos salido a las 22:20 de la estación de Guilin dirección a Shenzhen. Habíamos escogido esta vez un ticket «hard sleeper» la opción de litera más económica en el tren pero por las fotos que vimos en internet, no tenía mala pinta. Y así fue: 6 literas repartidas en dos filas en unas cabinas totalmente abiertas al pasillo. Os recomendamos escoger la más baja, aunque sea la más cara. A
las 11 apagan la luz. La noche transcurrió tranquila y a eso de las 11 llegamos a Shenzhen. A partir de ahí andando te diriges a la frontera donde te sellan  la salida de China. Unos metros y entras en Hong Kong, donde puedes permanecer 90 días. Al entrar en Hong Kong tenéis cajeros tiendas, etc…pero no paséis de largo la oficina de atención al cliente, justo antes de entrar en el metro que os llevará a la ciudad, donde podéis comprar la tarjeta Octopus. La tarjeta cuesta 150 HK$, 50 de depósito que te devuelven al entregar de vuelta la tarjeta (menos 9, en concepto de gastos) y 100 para gastar en transporte público. Vale la pena. De lo contrario tienes que pagar con el importe exacto pues no devuelven el cambio.

Con todo esto, cogimos allí en la frontera el metro (línea azul – parada de Lo-Wu) hasta llegar a la estación de Hung Hom, donde cambiamos de la línea morada apeándonos en la parada de Tsim Sha Tsui. La salida de esta parada estaba al lado de la Chunking y la Mirador Mansions, donde están las guesthouse y hostels más económicos. Primero fuimos a la Mirador y visitamos los 4 hostels que recomienda la Lonely. Decidimos quedarnos en la Mei Lam, una guesthouse con habitaciones enanas pero muy limpio y sin olores. 28€/noche con baño dentro. Una vez descargados de bultos seguimos mirando en la Mirador Mansions. No encontramos nada mejor a ese precio. Luego decidimos visitar la Chuncking Mansions. Indescriptible. Si la Mirador era un edificio descuidado y desorganizado, la Chuncking era de otro mundo, o mejor dicho un inframundo. Dentro albergaba en las plantas bajas puestos de comida hindúes con un olor penetrante así como tiendas de casi todo. Luego cuando subías a las pensiones era desconcertante. En la Mirador, al menos había un patio de luces central enorme al que daban los pasillos y las escaleras y más o menos sabias donde estabas. Aquí subías a cualquier piso y los hoteles compartían recepción que normalmente tenía una puerta cerrada a cal y canto y no había ningún patio ni nada. Te sentías totalmente encerrado. La única habitación que vimos era muy barata (20€) pero infumable… 🙁
Una vez visto que no estábamos tan mal, nos fuimos a comer y de compras por la calle Nathan. Anna tenía que comprar material de fotografía y yo un nuevo móvil. Es impresionante lo que mueve de comercio esta ciudad. Cientos de tiendas y cientos de personas deambulando por ahí. Muy impactante. Al cabo de un rato, ya cayendo la noche, volvimos por la misma calle Nathan pero en sentido contrario hacia la famosa avenida de las estrellas a imitación de la que existe en Hollywood con la diferencia de que aquí, salvo a Bruce Lee y a Jackie Chang, no conocíamos a nadie. Luego aprovechando que estábamos en la zona vimos el espectáculo de luces y música que todos los días organizan a las 20:00 horas con el sky line de la isla de Hong Kong de fondo, «La Sinfonía de las Luces». Bonito, aunque nada espectacular. Luego volvimos al hostel y aprovechamos para confirmarle que nos quedaríamos un total de 5 noches y así poder apretarle un poco con el precio. Al final la sacamos por 23€ la noche, genial.

El viernes había previsión de lluvia con lo que decidimos ir a la isla de Lantau a ver la estatua del Gran Buda y el monasterio de Po Lín. Eso si, nos lo tomamos con mucha calma. 
Para llegar a Lantau desde la calle Nathan en Kowloon, donde están todos los hostels, hay dos formas:
– en ferry, tomando primero uno a la isla de Hong Kong y luego cambiando del embarcadero 7 al 6, para coger otro dirección a Mui Wo ya en la isla de Lantau. Entonces se coge el bus n2 al pueblo de Ngong Ping, donde se encuentra el monasterio y el gran Buda.
– en metro, mucho mas cómodo, desde la estación Tsim Sha Tsui (línea roja) a la parada Lai King y allí coger la línea naranja hasta Tung Chung, ya en la isla de Lantau. Esta fue nuestra elección y nos costó unos 2,5€. Una vez allí tienes un teleférico que te lleva directamente
al monasterio. El coste del mismo es de unos 12€. Os lo recomendamos porque además disfrutas de muy buenas vistas.

Una vez llegamos arriba encontramos la aldea de Ngong Ping, de estilo típico chino y que estaba totalmente ocupada por tiendas y restaurantes. Muy turístico pero bonito. De allí llegamos andando hasta el monasterio por una camino muy cuidado. El monasterio estaba bastante cuidado y resplandeciente y nos resultó bastante bonito, especialmente la parte nueva. De allí nos fuimos a ver la estatua de Buda sentado, la más grande que existe en posición sentada, en exterior y de bronce, hay que subir 260 escalones pero merece la pena por la propia estatua y por las maravillosas vistas del paisaje. De ahí bajamos para realizar el sendero de Wisdom, muy corto, por medio del monte y que nos llevó hasta una zona donde encontramos un conjunto de 38 tablas de maderas colocadas en forma de 8 conteniendo versos muy antiguos para la oración. Curioso. De ahí vuelta al funicular y a casa. Tardamos bastante pues encontramos colas en todos lados. Aún así Comentaros que el transporte público de esta ciudad es una maravilla por limpieza y organización. Después ya nos recluimos en nuestra caja de cerillas para actualizar información en internet aprovechando ahora que teníamos internet.

El sábado decidimos visitar la isla de Hong Kong. Para ello fuimos en metro desde nuestra estación a «Central». Una vez allí, seguimos las instrucciones de la Lonely Planet para realizar un recorrido a pie por el corazón de Hong Kong. Partimos de la «Statue Square» donde se encuentra el edificio de la corte legislativa, de estilo neoclásico. De seguimos andando y atravesamos Charter Garden para dirigirnos al edificio de la central del Banco de China, un edificio muy moderno a anguloso y muy típico del sky line de esta ciudad. Allí pudimos subir, de forma gratuita hasta la planta 43, donde se puede disfrutar de unas vistas bastante bonitas de la ciudad. Bajamos y nos dirigimos al Hong Kong Park. Allí visitamos el museo del te, donde pudimos observar varios juegos de te muy valiosos y con diseños muy originales. El museo es gratuito y esta emplazado en un bonito edificio de estilo colonial de 1846. De allí seguimos en el parque y visitamos un centro de conservación vegetal y un aviario muy interesantes. El aviario en concreta alberga más de 600 pájaros de 90 especies distintas y además su estructura es muy curiosa. El paseo se realiza sobre pasarelas suspendidas de madera. Los dos son igualmente gratuitos. Era curioso ver como queda enclavado este remanso de naturaleza en mitad de edificios tan altos. De allí ya salimos del parque y a través de los pasadizos cubiertos que conectan los rascacielos, nos dirigimos al «Battery path» que nos llevó hasta la catedral de San Juan, de mitad del siglo XIX. Nos llamó la atención su techo íntegramente de madera, muy extraño de ver en España. Continuamos nuestro paseo por el Battery path unos metros y volvimos a los pasadizos cubiertos, hasta llegar a Queen’s rd. En esta calle seguimos andando dirección oeste hasta que encontramos unas escaleras mecánicas techadas en la misma calle que nos llevaron hasta la zona del Soho. Allí pudimos encontrar una amplísima oferta gastronómica muy orientada al turismo, con lo cual alejada de nuestro presupuesto. Esperábamos otra cosa, mucho más local. Decidimos entonces comer en un «Subway» ese día y continuar. La comida se nos hizo amena pues conocimos una pareja filipina, afincada hacía 20 años en Hong Kong, muy viajera y estuvimos charlando con ellos un buen rato. Después nos fuimos para nuestra zona, Kowloon en metro y nos fuimos a conocer el «temple street night market» un bullicioso mercado nocturno con una gran variedad de productos. Cenamos por la zona y nos dirigimos a la zona marítima a tomar fotos nocturnas para acabar el día.

Al día siguiente, domingo, apareció ligeramente el sol y decidimos subir a pico Victoria, en la isla de Hong Kong. Cogimos el metro desde nuestra parada en Kowloon hasta «Central» en Hong Kong. De allí fuimos andando hasta la base donde íbamos a coger el tranvía al pico. Unos 10 minutos. Tras la pertinente cola (era domingo) compramos billete de ida y vuelta (14€) pues había muy poca diferencia con el de solo ida. Además compramos el billete que da acceso a la terraza superior. Cuesta el doble que el normal. El viaje hasta el pico es agradable y ofrece buenas vistas. Os recomendamos coger asientos de la derecha según miras a la ventana. Ofrece mejores vistas. Una vez llegamos arriba hay una especie de edificio de unas 4 plantas que es en realidad un mini centro comercial en cuya azotea, si has pagado, puedes disfrutar de unas espectaculares vistas de los rascacielos de la isla de Hong Kong. Nos quedamos como casi tres cuartos de hora disfrutando y haciendo fotos. Incluso se puede ver la otra costa de la isla. Muy recomendable. Luego bajamos a la plaza que existe en la zona donde hay otro mini centro comercial de 2 plantas con unas vistas bastantes buenas también. Ese día había una carrera de ascensión al pico y había un gran ambiente allí arriba. Descendimos y cogimos uno de los típicos tranvías de esta zona para ir a conocer el barrio de Causeway bay. La verdad es que nos sorprendió el movimiento comercial de esta zona. Hubo un momento que era casi materialmente imposible andar por alguna de las calles. Tras un rato, nos fuimos paseando al lado del mar y pasamos al lado del moderno centro de convenciones. Allí pudimos ver «The Golden Bauhinia» un monumento que conmemora la devolución en 1997 de Hong Kong a la China. Seguimos caminando y pudimos ver como los domingos, las chicas de servicio, al ser su día libre (por ley) aprovechan para disfrutar del día apostadas por los suelos y parques de la isla y ahí en el suelo, comen, juegan a cartas, tocan música, etc. Muy llamativo. Las Filipinas están en la zona de Central y las Indonesia en el parque Victoria. Finalmente llegamos al Stauton bar, situado en el corazón del Soho, donde habíamos quedado con Elena, una amiga afincada en la ciudad y más lugareños. Las horas pasaron volando contando anécdotas del viaje y de la vida en la ciudad. Y desde allí a descansar.
El lunes fuimos y volvimos en el mismo día a las islas de Macau y Taipa. Todo lo que hicimos ese día está en un post específico en nuestro blog.
Después del tute de Macau, el martes nos lo tomamos con muuuucha calma. Por la mañana  estuvimos descansando y haciendo cosas en las redes sociales aprovechando que internet funcionaba muy bien. Por la tarde fuimos al parque de Kowloon, pues estaba muy cerca del hostel y no lo conocíamos. La verdad es que es muy agradable: cuenta con un aviario y un estanque con flamencos. Otro oasis en mitad de la ciudad. De allí nos fuimos al «Temple street night market», un mercado cercano que empieza a funcionar a partir de las 17:00. Es el típico mercado donde podías encontrar de todo, pero sobre todo ropa, mochilas y todo lo relacionado con móviles y sus accesorios. Vimos que estaban muy de moda las baterías externas para carga adicional de los móviles o tabletas. Buen invento especialmente para los viajes. De ahí, andando hacia el hostel llegamos a la zona de Jordan road. Allí estuvimos paseando y haciendo fotos: había un montón de sitios para comer de todo tipo. Nosotros al final nos decidimos por uno que estaba lleno de gente que nos recomendó un viandante. Buena referencia, como siempre. Pedimos berenjenas fritas, dumplings de verduras -muy típicos en China- y bolitas de carne con pimienta. Muy sabroso 😉 y muy bien de precio. Y ya volvimos al hostel.

El miércoles fuimos a la isla de Lamma. Podéis ver en nuestro blog el post correspondiente.
Los dos días siguientes estuvimos de recados. Compramos el billete a Lanzhou y tuvimos que hacerlo en la China Travel Services, pues los trenes solo salían de Shenzhen. Así pues tuvimos que pagar la correspondiente comisión, aunque bien pagada pues ya teníamos los billetes en mano y aquí al menos aquí hablaban inglés. También estuvimos de compras, principalmente Anna, que se hizo con nuevo material fotográfico para hacer aún mejores fotos 😉 . Nos dio tiempo por supuesto para seguir probando comida China. Nos atrevimos con los noodles en sopa, muy típicos aquí aunque no nos convencen mucho a ninguno de los dos. Probamos también un par de postres muy buenos.
El sábado partimos finalmente de nuevo para Lanzhou en China. Una advertencia: nosotros al salir de Hong Kong no encontramos, quizás por las prisas, un sitio para devolver la Octopus y así poder recuperar la fianza. Estad atentos.
En general os podemos decir que nos ha encantado Hong Kong. Es una ciudad moderna, cómoda para moverse, y con muchos atractivos tanto urbanos como de naturaleza.
Total gasto para 2 personas, 9 días: 716,72€
– Traslado: 58,46€
– Alojamiento: 212€
– Comidas: 229€
– Visitas: 99€
– Tarjeta Octopus: 55€
– Taxis: 14,11€
– Varios: 49,15€
Total gasto por persona, 9 días:  39,8€/persona/día