
Macao son dos islas: Taipa y Macau. El ferry llega a Taipa. De la estación del ferry, nos dirigimos en autobús (el MT1 o MT2) al centro de Macau. A partir de allí ya fuimos andando por toda la parte histórica. Es un paseo muy agradable. Enseguida notas que fue una colonia portuguesa. De hecho en los carteles y en la megafonia de los lugares públicos se sigue utilizando el portugués. Los edificios que quedan de la época colonial son muy bonitos y están cuidados pero el resto de la parte antigua de la ciudad es bastante feo, sinceramente. Nosotros estuvimos paseando casi tres horas empezando en el edificio del «Leal Senado» y acabando en el templo de A-Ma, muy singular, pasando por las famosas ruinas de la iglesia de San Pablo. La calle principal es «Largo do Senado» y como toda la ciudad refleja la huella portuguesa. La Rua de Felicidade es otro punto de referencia.
Comimos cerca del templo probando alguna especialidad callejera de lugar como los «pasteis de nata», una especie de tarta lenta de huevo muy típica, los dulces de cacahuete y una especie de longanizas secas pero planas y con un toque dulce.
De ahí nos fuimos al Venetian Casino con taxi ya que se encuentra en la isla de Taipa. Es un sitio que nos sorprendió desde el principio tanto por fuera por sus dimensiones, su estilo arquitectónico que recuerda a Venecia en todo momento, contando incluso con un canal con sus correspondientes góndolas, como por dentro: la galería interna de tiendas es como una calle veneciana con el techo pintado como el cielo y su canal, góndolas y gondoleros con sus camisetas a rayas. Es posible dar una mini vuelta en góndola. Sorprendente. Tras el paseo nos fuimos al casino a dar una vuelta. Estaba lleno de gente jugando y en algunos casos, grandes cantidades. Nos atrevimos con una de las máquinas y nos llevamos un micro premio ;-). Realmente este casino es hermano gemelo del que hay en las Vegas. Además existen otros como el Sands o el Gran Casino Lisboa, este último con una arquitectura muy espectacular siendo el más conocido de Asia para los amantes de los casinos. Ambos en la isla de Macao.
Cuando salimos del casino, cogimos uno de los autobuses gratuitos del casino que nos trasladó a la terminal de ferry. Llegamos antes de lo que marcaba el billete pero no pasa nada, te dejan pasar. Al cabo de poco más de una hora estábamos en nuestro hostel.
En general Macau nos ha decepcionado un poco o es que teníamos expectativas muy altas. El tema es que estando en Hong Kong es una pena no acercarte a conocerlo, especialmente con la buena red de transportes que hay. Pero si no se va, no se para el mundo.
Para ver los costes, tenéis que ir a nuestro post de Hong Kong.