Sri Lanka fue uno de los países que descartamos en nuestra ruta de vuelta al mundo y por eso y por las buenas opiniones que nos llegaban de todos los viajeros que habían estado ahí, nos decantamos finalmente por visitar la llamada «lágrima de la India» frente a otras opciones que teníamos.

Y fieles a nuestra manía de integrarnos a tope en los países que visitamos, decidimos recorrer la isla en tuk-tuk, lo cual hacía el viaje más excitante si cabe. (escribiremos un post específico sobre nuestra experiencia conduciendo en tuk-tuk).

Sri Lanka es un país completísimo: se pueden visitar ciudades con importantísimos restos arqueológicos como Anuradhapura o Polonnawura; regiones montañosas preciosas con ciudades como Kandy o aldeas como Ella; disfrutar de Parques Nacionales donde ver elefantes e incluso leopardos, como en Yala; disfrutar de preciosas playas como en Mirissa donde además se puede salir al encuentro de enormes ballenas o pasear por animadas ciudades coloniales como Galle.

Aquí, como en casi todo el sudeste asiático, lo más alucinante e
interesante del país, es su gente. Simpática, afable, encantadora…enseguida te ofrecen una sonrisa sincera. Nos han permitido integrarnos enseguida (y más cuando nos veían viajar en su medio de transporte). Y como siempre los niños, increíbles.
En definitiva, nos parece un país muy recomendable: bonito y totalmente seguro
El recorrido que hicimos (cada fase tendrá un post) fue el siguiente
* Llegada a Negombo (aeropuerto)
* Negombo – Anuradhapura (2 días)
* Anuradhapura – Sigiriya – Polonnawura
* Polonnawura – Dambulla – Kandy (2 días)
* Kandy – Dalhousie
* Dalhousie – Nuwara Eliya
* Nuwara Eliya – Ella (2 días)
* Ella – Tissamaharama
* Tissamaharama – Mirissa (2 días)
* Mirissa – Galle
* Galle – Bentota
* Bentota – Colombo (Mt.Lavinia)
¡No os los perdáis!