Tras descansar bastantes horas, nos levantamos renovados. Desayuno chino-europeo contundente y listos para subir de nuevo al coche. Nuestro guía había ido antes a tramitar nuevos permisos para atravesar la zona a la que nos dirigíamos. 
En la misma ciudad, visitamos el monasterio de Tashilumpo, un complejo amurallado de edificios bastante grande con una estupa muy bonita desde la que se podía observar toda la ciudad. Tras la visita continuamos el camino. De nuevo volvíamos a ascender.
Tras unos kilómetros, llegamos al Tsola Pass a 4.500 metros. Tras las preciosas fotos del entorno, nos subimos al coche en busca del monasterio de Sakya. La verdad es que este, al menos en arquitectura, era algo distinto a los que habíamos visto. Los colores eran más oscuros. Además medio pueblo estaba pintado igual. Curioso. Esto era debido a que pertenecía a otra escuela religiosa. Lo que no cambiaban eran los baños. En los monasterios consisten en un mero agujero que va a dar a una estancia que luego hay que vaciar. La frecuencia ya es otro tema 🙁 Después de la visita, comimos en un lugar cercano. Muy buena comida local.

Continuamos ascendiendo en nuestro camino hasta llegar a un nuevo paso a 5.248 metros. El paisaje era espectacular. Al cabo de un rato, la imagen de este tour: a lo lejos vimos la preciosa estampa del monte Everest….. wwwooooooowww….paramos a hacer fotos de inmediato. Al menos aunque se nublara al día siguiente, ya lo habíamos visto una vez. Con la emoción aún en el cuerpo llegamos a la aldea de New Tingri. Esta noche dormíamos a 4.100 metros. La aldea en sí era eso, cuatro casas y calles sin asfaltar. Nuestro hostel justito pero correcto. Caímos rendidos enseguida.