
Salimos a las 9.30 en el ferry, abarrotado de gente, especialmente japoneses. Los japoneses nos causan mucha curiosidad. Viajando se comportan como unos niños que nunca crecieron. Tras una hora, llegamos a Pak Bara. De ahí salíamos en furgoneta hacia Trang. El traslado lo contratamos en una agencia en Koh Lipe,
tras comprobar, una vez más, que por nuestra cuenta, salía todo más caro.
tras comprobar, una vez más, que por nuestra cuenta, salía todo más caro.
Una vez en Trang, tras una estupenda comida por poco mas de euro y medio por persona, cogimos el tren para la capital. Compramos el billete en litera en segunda clase. Sobre las 20.30 pasó el revisor y nos montó las literas en un santiamén. Dormimos como lirones. La otra opción, primera clase, costaba el doble y no valía la pena. Nos costó el trayecto Trang-Bangkok 17€ por persona.
Por la mañana estábamos en Bangkok. Era lunes. Al final decidimos no quedarnos en la capital a pasar unos días como teníamos previsto, por la tensa situación política, al borde de un golpe de estado. Así qué hicimos una escala de unas 9 horas. Como teníamos tiempo, contratamos un Tuk-Tuk para que nos diera una vuelta durante una hora por el centro de la ciudad: vimos el barrio chino, algún mercado, y varios monumentos y edificios públicos. Cuando se nos estaba acabando la hora decidimos, en lugar de volver a la estación, quedarnos en un templo muy espectacular que habíamos visto con el Tuk-Tuk, el wat Po. El templo es amplísimo y cuenta con unas tulipas de cerámica realmente muy vistosas. Después de la inesperada y gratificante visita, fuimos camino a la estación donde esperamos hasta que nos dejaron subir al tren. De nuevo literas en segunda clase y a dormir plácidamente.
Por la mañana del martes llegamos finalmente a Chiang Mai. Allí estaba esperando una legión de taxis compartidos, ávidos de captar turistas. La verdad es que éramos una auténtica legión de mochileros. Le dimos al taxista la dirección de un hostel de la guía Lonely Planet que nos pareció que tenía buena pinta, el Safe Court House. Allí pusimos en marcha nuestra nueva estrategia. Primero de todo no reservar previamente el alojamiento por internet y en segundo lugar, pagar en el hostel inicialmente elegido, una sola noche. Pues bien, descargamos mochilas y nos fuimos a recorrer la ciudad. La idea era situarnos, ver la dinámica de la ciudad y encontrar alternativas de alojamiento. Al cabo de un rato ya sabíamos que nos ofrecía a grandes rasgos Chiang Mai y habíamos encontrado un hostel bueno, bonito y barato a apenas 50 metros, el Ton Hug guesthouse, mucho mas barato e igualmente limpio y con mejor internet.
El miércoles lo aprovechamos para contratar las actividades de los dos días siguientes y el viaje de traslado a Laos, vía Chiang Rai y llegando a la capital por el río. Eso y visitar los innumerables templos repartidos a lo largo de la ciudad, algunos de ellos muy espectaculares. Acabamos realmente agotados.
El jueves temprano partimos a realizar el primero de los dos tours. Ese día tocaba el ‘Adventure tour’. Salimos temprano del hotel. Abandonábamos la ciudad para adentrarnos en la selva. Llegamos al campamento de elefantes, donde tuvimos la oportunidad de dar una vuelta subidos a los mismos. La verdad es que es interesante y nos gustó bastante. Es curioso observar la maestría con que los jinetes, que son niños y además bastante jóvenes, maneja a los animales. Tras el paseo, plato de arroz como comida y a comprar (o no) la foto de turno. Seguidamente hicimos un Trekking de una hora, bastante asequible, hasta unas cataratas donde algún valiente hasta se atrevió a darse un chapuzón. Estaba realmente helada. Vuelta a los coches y a hacer rafting. Fue corto y suave pero muy divertido, especialmente para mi ya que era mi primera experiencia. Anna ya había hecho alguna vez. En el mismo río, al acabar el rafting, pasamos a las balsas de cañas de bambú en las que navegamos de pie (Padel). Muy chulo también. Y ya después al coche y para casa. El tour fue muy completo pues hicimos un poco de todo sin llegar a cansarnos de nada. Y pudimos conocer gente de otros paises e intercambiar experiencias.
El viernes nos tocaba el curso de comida Thai. Nos apetecía mucho a los dos aprender a cocinar lo que tantas veces habíamos comido en puestos callejeros. La agencia nos recogió en el hostel y nos llevó a todo el grupo a una granja a las afueras. La granja tenía su propia huerta donde, en compañía de nuestra guía, vimos in situ gran parte de los ingredientes que íbamos a utilizar a la hora de cocinar. Después de la huerta a los fogones. Las instalaciones estaban muy bien montadas y todo estaba muy bien organizado. Previamente eligimos, de entre las 3 opciones que teníamos, los 5 platos más el postre que queríamos hacer. Fue muy divertido y aprendimos un montón….y comimos otro tanto. El último plato nos lo llevamos para cenar en el hostel. Muy interesante y recomendable el curso.
El sábado ya partimos hacia Laos. Escogimos el mismo en la agencia. Ese primer día íbamos en autobús hasta Chiang Khong, a orillas del río Mekong. De camino visitamos el templo blanco en Chiang Raí. Muy bonito y distinto al resto. Es una visita obligada pese a lo turístico que es. En Chiang Khong dormimos en un hostel a la espera de cruzar al día siguiente a Laos. En el mismo hostel nos tramitaron el papeleo del visado.
Resumen de los costes
Total gasto para 2 personas, 7 días: 360,38€
– Ferry y furgoneta a Trang: 34,46€
– Tren Trang-Bangkok-Chiang Mai: 70,56€
– Traslaso a la frontera: 47,92€
– Taxi, Tuk-Tuk: 9,88€
– Hostel: 36,38€
– Comidas: 60,58€
– Visita templo: 4,50€
– Excursión aventura: 38,17€
– Curso comida: 44,91€
– Lavandería: 0,67€
– Varios: 12,35€
Total gasto por persona, 7 días: 25,70€/persona/día