
recinto del puerto así que aparcamos y nos dimos una vuelta por los alrededores.
A las 12:00 partía nuestro amplio y moderno catamarán. El día estaba bastante nublado pero poco a poco parecía que iba despejando. Al menos eso deseábamos. 😉 Poco a poco nos fuimos adentrando en la bahía, al punto donde habitualmente se avistan las ballenas.
Según la época del año se avista un tipo de ballena u otra. Ahora en agosto lo lógico era avistar orcas y las llamadas Humpback, de unos 15 metros de longitud. Y por supuesto leones marinos.
Según la época del año se avista un tipo de ballena u otra. Ahora en agosto lo lógico era avistar orcas y las llamadas Humpback, de unos 15 metros de longitud. Y por supuesto leones marinos.
Al cabo de casi una hora de estar constantemente vigilando el horizonte, el patrón nos avisó de la presencia de una ballena Humpback. Estaba muy lejana pero la disfrutamos intensamente por sí era la única del día ;-). No era el punto indicado de avistamiento por lo que continuamos la marcha.
Tras poco más de media hora divisamos un nutrido grupo de leones marinos jugueteando a lo lejos. Y entre ellos, pájaros y varios chorros de agua subiendo en vertical. El Patrón ralentizó la marcha y nos fuimos dirigiendo lentamente al grupo. Increíble. Entre orcas y ballenas habían 5 o 6 más todos los leones. Un espectáculo. Estaban jugueteando. Además no les incomodaba nuestra presencia. De hecho navegábamos a pocos, muy pocos metros. Como podíamos (éramos muchos en el barco), tomamos varias fotos tratando a la vez de disfrutar al máximo. Era realmente excitante. Una experiencia única. Tras un buen rato, cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, divisamos a lo lejos una ballena saltando completamente fuera del agua. Wowww. Sin palabras. Y al cabo de 5 minutos otra. Uffff. Y eso que los saltos eran un poco lejanos. De verdad, algo único. Y ya el patrón puso rumbo de regreso. Aún así, en los primeros minutos aún fuimos acompañados de las ballenas y alguna orca.
Sobre las 4 llegamos al puerto, todo el mundo con una sonrisa de oreja a oreja. Hasta el tiempo meteorológico nos respetó y estuvo bastante despejado.
Como teníamos tiempo fuimos a hacer una especie de city tour con el coche por Santa Cruz. Era periodo de vacaciones y estaba todo a tope pero aún así algo vimos. Era una ciudad con un gran ambiente.
Sobre las 7, nos dirigimos ya a casa de Isaac en Montain View. Cenamos y a dormir. Había sido un día largo y muy, muy emocionante.
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