Tras salir del puesto fronterizo de China, sin más novedad que una larga cola, nos despedimos de nuestro guía. Acto seguido cruzábamos el llamado «puente de la amistad» y nos fuimos a la oficina de visados nepali. Allí nos sacamos nuestro visado de 30 días en el acto. Debéis llevar una foto aunque, como nos pasó a nosotros, si no la llevas, no pasa nada. Comentaros que es conveniente pagar el visado en dólares americanos pues, al cambio, sale mejor de precio. (20$ por 15 días por persona o 40$ por 30 días). Ya estábamos en Nepal. Se nota en casi todos los detalles: caos, desorden, suciedad, mucha gente…era un preámbulo de India.
Nada más salir de la oficina de visados fuimos a buscar a un amigo nepali de nuestro guía que minutos antes nos confirmaba que nos llevaba a Kathmandu a los 4, nosotros y nuestras compañeras inglesas. A razón de unos 8€ cada uno. Allí estaba para nuestro respiró aunque en ese momento nos decía que ya no nos podía llevar, que tenía el jeep lleno. Increíble. Pues bueno, fuimos a buscar el autobús que también lleva a la capital nepali. Autobús, por llamarlo de alguna manera. Era una especie de camión todo terreno, habilitado de autobús. En fin era nuestra única opción pues todos los jeeps estaban llenos. Nos costaba, increíblemente lo mismo.

Como unos días antes había habido tensión en unos pueblos cercanos a la frontera, la carretera a Katmandu estaba cortada a los pocos kilómetros de salir. Nos tocó bajarnos del autobús, cargarnos nuestras mochilas y ponernos a andar a pleno sol. En principio nos dijeron que 4 kilómetros. Al final resultaron ser casi 7. Increíble. Por el camino vimos 2 accidentes de moto con sus respectivos cadáveres en la carretera, tapados por lonas y custodiados por el ejército y otro de coche. Y es que no era para menos: la carretera era infernal: estrecha, con grandes baches y discurría entre barrancos. Al cabo de unas 2 horas, volvíamos a montar en nuestro tanque-autobús para continuar el recorrido, con la gente más que mosqueada. «¡Bienvenidos a Nepal!». El resto del recorrido lo pasamos casi mudos, viendo los barrancos de la carretera y blancos de la velocidad y adelantamientos del conductor. Al menos el paisaje era bonito: mucha naturaleza y terrazas de arroz.
Al cabo de unas 4 horas llegábamos a Kathmandu. En esta ciudad, íbamos a alojarnos en casa de Anna, una ex compañera de trabajo mía y que estaba allí trabajando por 6 meses. De la estación a casa de Anna, había unos 2 kilómetros pero ya puestos, nos los hicimos andando. Al cabo de un rato, llegamos. Anna estaba alquilada en la casa de una francesa, Sisie, muy amable. La casa estaba exquisitamente decorada y muy cerca del centro de Kathmandu. De lo que no nos íbamos a librar era de los cortes de luz de la ciudad que hasta tienen un horario y de la falta de canalización de agua. Esto obligaba a ser muy cuidadoso con los consumos. Realmente fue una alegría encontrarnos tan lejos de casa ;-).
El jueves a primera hora fuimos a la embajada India a ver como estaba el tema del visado, pues suele tardar algunos días. Puedes acudir directamente a la embajada o hacerlo a través de una agencia, lo cual costaba casi 90€ en este caso. Acudimos con una copia del pasaporte y la instancia rellenada. A partir de ahí, teníamos que volver en 5 días laborables con el pasaporte original. Después ya nos dirigimos al barrio de Thamel, el centro turístico de Kathmandu. Estuvimos de compras y viendo un poco el ambiente general. Ese día hicimos una tortilla de patatas española para cenar en honor a nuestra anfitriona.
El viernes la chica que iba a limpiar a casa de donde estaba alquilada Anna nos hizo un mini curso de cocina para enseñarnos a cocinar el Dal Bat, el plato típico por excelencia nepali. Primero fuimos a comprar con ella al mercado local todos los ingredientes. Después ya fuimos a casa a cocinar. La verdad es que es un plato muy elaborado y nos llevó un buen rato. El resultado fue magnífico y disfrutamos todos mucho de el, la misma cocinera, la casera, Anna y nosotros dos. Delicioso.
Tras una merecida siesta, fuimos en taxi al famoso Templo de los monos, el Swayambhunath, situado en una colina muy cerca de la ciudad. Pese a que la bruma no permitía disfrutar de las vistas, la visita nos encantó. El templo es muy bonito. Después nos bajamos andando a casa de Anna, en medio de la oscuridad típica de la capital. Hay que pagar entrada pero a nosotros no nos la pidieron. Me imagino que es porque sería tarde.

Para cenar acudimos a un pub que cerraba sus puertas esa noche. Y lo «celebraba» con una actuación regeae en directo. El concierto estuvo genial y pasamos un rato estupendo. Por cierto en el grupo tocaba un chico vasco que estaba ese año en Kathmandu, ayudando en una escuela de música. Increíble 😉
El fin de semana decidimos ir a pasarlo a Kakani, para hacer un Trekking. Podéis ver el post correspondiente.
El lunes, tras volver de Kakani, decidimos cocinar una paella para recordar un poco nuestra tierra. Fuimos a comprar las verduras a un mercado local muy céntrico de la capital y de allí a casa a cocinar. Los medios no eran los ideales pero les íbamos a poner muchísima ilusión. La verdad es que el resultado final estuvo bastante acertado y la devoramos, jejeje.
Tras descansar, por la tarde fuimos a visitar la estupa de Boudha, en el barrio de Jorpati, la más grande de Asia. La visita coincidió con un día de gran afluencia. La estupa impresiona no sólo por sus amplias dimensiones sino por su emplazamiento. Esta situada en medio de varios edificios. Entre esto, la gran cantidad de gente que había y la luz del atardecer, la visita fue muy bonita. Para tomar fotos nos subimos a una de las innumerables cafeterías situadas en las azoteas. Genial. Día completo. Para visitar la estupa hay que pagar entrada pero sí os metéis por alguno de los callejones adyacentes podéis evitar pagar.

Al día siguiente, decidimos ir a visitar Patán, que en realidad es un barrio de la ciudad. Podéis visitar el post correspondiente.
El miércoles decidimos ir a ver los puntos más interesantes del centro de Kathmandu. Para ello seguimos el itinerario recomendado en la Lonely Planet. La verdad es que descubres rincones con mucho encanto y calles muy curiosas. Siguiendo el recorrido acabamos en la famosa plaza Durbar. Aprovechando una obra que se estaba realizando, nos colamos por detrás de una valla. Si no, teníamos que pagar los correspondientes 6€ aprox. La plaza es bastante bonita. Tiene además varios edificios y templos con mucho interés aunque particularmente, nos gustó más la de Patán. En fin, en cualquier caso, no os la tenéis que perder. Tras una buena comida de momos, nos fuimos paseando hasta casa de Anna. 
El jueves fuimos a la embajada India a entregar nuestro pasaporte. Lo podríamos recoger, con el visado, a partir del lunes. El viernes era fiesta en la India y no trabajaban 🙁 . De aquí fuimos a visitar el Jardín de los Sueños. Es una especie de parque, muy agradable pero muy pequeño. Sirve para relajarte del estrés de Thamel, pues está en pleno centro, pero no esperéis gran cosa. Tras nuestro rato de relax en el parque, volvimos paseando a casa.
El viernes decidimos que nos íbamos ya a Pokhara. Katmandu nos estaba estrenando y necesitábamos ya naturaleza. Así que fuimos a gestionar el TIMS y la entrada al parque nacional para realizar nuestro Trekking. Nos llevó entre una cosa y otra la mañana pero habíamos adelantado trabajo. El sábado nos íbamos 😉
Por la noche hicimos una cena de despedida con tortillas varias. La casera hizo un suffle de chocolate espectacular. Y el resto de invitados contribuyeron con vino y picoteo variado. Disfrutamos de lo lindo.
Todo lo relativo a nuestro Trekking lo tenéis en el blog correspondiente.
Volvimos a Kathmandu el miércoles siguiente después de la maravillosa experiencia vivida en el Trekking. Lo primero y casi único que hicimos fue ir a recoger el pasaporte con el visado indio. Estamos cansadisimos del tute de 7 horas de autobús.
El resto de días hasta nuestro vuelo del martes nos dedicamos a compras y paseos por Thamel. Tampoco pudimos hacer gran cosa porque casi todos los días nos llovía. El Monzón empezaba a asomar la cabeza. Incluso desistimos al final de ir a Bhaktapur. Ya habíamos visto las plazas Durbar de Patán y Kathmandu y Anna, nuestra anfitriona, nos dijo que aunque era bonito, no nos iba a aportar ninguna novedad. Y sobre todo lloviendo. De esta manera el martes cogimos nuestro vuelo a India.
Nepal es un país que nos ha gustado mucho por su gente y por las impresionantes montañas que la rodean. También es muy bonita su arquitectura religiosa, distinta de lo que habíamos visto hasta ahora. 
Total gasto para 2 personas, 15 días: 402,58€

– Visado: 65,86€
– Traslado: 16,11€
– Alojamiento: 0 -Coachsurfing-
– Comidas: 175,5€
– Visitas: 12,89€
– Curso cocina: 1,95€
– Taxis: 3,90€
– Lavandería: 9,88€
– Envío ropa a España: 85,98€
– Varios: 30,52€

Total gasto por persona, 15 días: 13,51 €/persona/día