Tras 14 horas de descanso, nos levantamos con el sol sobre las 8 de la mañana. Que gran noche pasamos. Cuanto necesitábamos dormir después de 2 noches de viaje desde Bali.

Las primeras sensaciones de tener comida y todas tus pertenencias en lo que va a ser tu casa durante 4 semanas es
magnífica, después de varios meses de ir haciendo y deshaciendo la mochila. Además la caravana o campervan te da una libertad total: decides en cada momento donde parar, donde comer, donde dormir….¡es genial!
De momento nos hicimos un gran desayuno. Tomamos la decisión de hacer de hacer al día el desayuno y una merienda-cena a mitad de tarde. Descansados y con el estómago lleno, iniciamos la ruta. Este día teníamos prevision de dirigirnos hacia el sur para luego adentrarnos hacia el oeste para visitar los lagos de Tekapo y Pukaki, donde había un camping gratuito.

 

En Nueva Zelanda existen 3 tipos de campings:
– Los de pago normales, con precio medio/noche para una caravana y 2 personas en torno a los 22€ y muchos servicios (duchas, Wi-Fi, electricidad y agua, lavandería, cocina, salas comunes, etc) de los cuales los básicos son gratuitos.
– Los del Departamento de Conservación (DOC), con precio medio para una caravana y 2 personas de unos 8€, pero sin servicios, sólo aseos
– Los gratuitos, que son una especie de áreas de descanso en las carreteras en condiciones para parar y aparcar pero la mayoría sin servicios.

 

Todos los puedes encontrar con la App Wikicampsnz.
El día empezó un poco nublado e incluso a ratos nos llovía pero las primeras fotos ya nos decían que este era un país precioso. La luz y los colores eran especiales. Cada foto parecía una postal.

 

 

 

 

Atravesando los distintos pueblos nos dábamos cuenta de lo pequeños y tranquilos que eran. Apenas unas cuantas casas y ya esta. Y atravesando las montañas nos dimos cuenta de la cantidad de ovejas, todas ellas rollizas, que había. Ahí estaban felices, pastando todo el día.
Al cabo de unas 4 horas llegamos al primero de los lagos, el Tekapo, diluviando. Estuvimos esperando un rato y el tiempo cambió radicalmente. Empezó a salir el sol como sí no hubiera pasado nada. Fue entonces cuando empezamos apreciar la belleza de este lugar: las aguas turquesas del lago y las montañas nevadas al fondo y entre medio, nubes de todos los colores posibles entre el blanco y el negro. Precioso. Dimos una vuelta por el pueblo al lado del lago y avanzamos un poco para visitar una iglesia muy antigua que hay en un montículo. Más fotos y a continuar. El siguiente lago, el Pukaki, estaba a tan solo 50 km, eso sí, de curvas. Llegamos casi una hora más tarde empezando a anochecer. Con la ayuda de la aplicación, localizamos el camping gratuito y paramos para hacer noche allí. Era idílico. Estábamos solos a orillas de otro precioso lago, esta vez con la vista del Monte Cook al fondo. ¡Que gran primer día en este país!
Cenamos y caímos dormidos como dos niños. 😉
Para ver gastos, id al último post (etapa 28)