
voluntad.
Con todo arreglado cogimos el bus núm. 1 al centro de Zhangye y de ahí el núm. 4 al hostel. Éramos los monitos de feria: Todo el mundo nos miraba con cara de «estos dos, que hacen aquí» pero sin embargo no nos faltaron «explicaciones» e indicaciones para llegar a los lugares. Hemos desarrollado una extraordinaria habilidad para la comunicación no verbal, jajajaja.
El hostel parecía un edificio fantasma: estaba todo medio desierto. El hostel pertenecía a Hostelling International (YHA) que suele ofrecer alojamiento decente a buenos precios y con muchos servicios. Bueno pues este Hostel era de los de serie B. Quizá por ser temporada baja, las instalaciones comunes estaban sucias. La habitación bastante dejada también aunque al menos las sábanas sí estaba limpias. El baño no tanto. Después de dejar las mochilas preguntamos en recepción cómo visitar Daxia Landform, unas montañas muy bonitas de colores que había en esta zona. Menos mal que había en recepción un chico joven chino que hablaba muy buen inglés y nos hizo de intérprete. Lo dejamos todo cerrado para el viernes y nos fuimos a visitar el centro. Zanghye es una ciudad pequeña, según el estándar chino. Dimos una vuelta para ver un poco lo que ofrecía y, como teníamos varios días, nos volvimos al rato al hostel.
El viernes por la mañana nos levantamos tarde e hicimos actualizaciones de la web. A las 2 nos venía a buscar el taxi que nos llevaría a las montañas multicolores de Danxia landforms, una de nuestras más anheladas ilusiones de este viaje. Hay una combinación de autobuses que te puede llevar hasta allí pero cuesta unos 6€. Si vas solo es una opción válida y económica pero si sois más, un taxi entero cobra unos 14€ y te lleva y te trae cuando quieras. En cualquier caso os recomendamos ir por la tarde: tendréis el sol en el lugar adecuado para observar las montañas y hacer preciosas fotos. Si lo hacéis coincidir con el atardecer, mejor, pero informaros previamente del horario de cierre. Pues bien, llegamos al parque sobre las tres menos cuarto. Compramos las entradas, unos 5€ más 2,2€ del autobús interno. Teníamos los nervios a flor de piel. Mirábamos a todos lados a ver si podíamos ver los estratos de colores de las montañas. Nos subimos al autobús y fuimos al primer mirador (hay 4). Nada más llegar empezamos a decir sin parar «wow, wow, wow» mirando de un lado a otro. Las primeras sensaciones al ver estas montañas son irrenarrables. En principio teníamos 30 minutos pero le dijimos a la guía que esperábamos al siguiente autobús. No hay problema. Suelen pasar cada 20-30 minutos. En este primer mirador hay varios puntos de observación. Las vistas son amplias y espectaculares y como os decíamos la emoción te embarga. Tras casi tres cuartos de hora, emocionados, cogimos el autobús para el segundo mirador. Aquí te dejan 10 minutos. De ahí al tercero, otros 10. En estos dos miradores las vistas son más reducidas pero se observan perfectamente los estratos de colores rojos, amarillos naranjas y marrones perfectamente alineados. Todos estos colores se deben a la presencia de óxido férrico, sulfuro y calcio. Seguíamos emocionados como niños. Llegamos finalmente al cuarto y último mirador. No podemos explicaros de verdad el espectáculo natural que se observa desde allí. Montañas con estratos de colores que parecen pintados a mano. De verdad, no parece real lo que ves. Escribiéndolo nos entra morriña del sitio,… tras unos 20 minutos que pasaron volando, cogimos el bus a la salida. Os aconsejamos quedarnos aquí al siguiente autobús, o sea otros 20 minutos más. Lo disfrutaréis. Cuando ya bajamos con el autobús le pedimos al conductor que nos dejara en un mirador que vimos a la subida. Es el punto más alto del parque. No se observan ya apenas los estratos de colores pero se ve una visión global de todo el macizo. Ojo, hay que subir muchos peldaños. ;-). Nos parecía increíble pero habíamos pasado 3 horas de visita. Se nos había hecho cortísimo. Pero es fantástico. Es un sitio realmente ÚNICO EN EL MUNDO. Se ha de visitar sí o sí.
De ahí nos fuimos al hostel a descansar. Ese día nos quedamos dormidos enseguida. La descarga de emociones había sido fuerte. Ufffff… Para el día siguiente no teníamos planeado nada pero una chica china muy maja, hospedada en nuestro mismo hostel, nos propuso ir con ella y la amiga a ver un templo muy bonito. Le dijimos que sí… por qué no.
El sábado salimos muy temprano. Íbamos en concreto al templo de Mati. Significa “casco de caballo”. Fuimos como el día anterior en taxi compartido. Nos salió por 6€ por persona. Este templo estaba situado al sur de Zhangye y al llegar a él se podían observar las montañas nevadas de Qilian. El templo está «empotrado» en la montaña y cuenta con varios niveles conectados por pasadizos internos excavados en la roca. Es muy antiguo, tiene 1.600 años de antigüedad. De hecho, es el templo del budismo más antiguo de China. En este templo se encuentra la famosa “huella del casco de caballo”. Como cuenta la tradición la tocamos y nos frotamos la frente para tener suerte en el viaje. Al mediodía, regresamos al hostel. De ahí nos fuimos a comer y visitar Zhangye. Esta ciudad pese a no ser grande, cuenta con una animada vida comercial. Estuvimos paseando y dejamos las visitas culturales para el domingo.
Nos levantamos tarde y sin nada de prisa. Tras desayunar nos acercamos a la ciudad a visitar el templo del Buda Gigante. Allí pudimos contemplar el citado Buda. Es el más grande de Asia, en posición reclinada y en recinto cerrado. Además del propio Buda, bastante deteriorado por el tiempo, se puede admirar una exposición sobre manuscritos chinos muy bonita e interesante. En el recinto también existe una estupa bastante interesante. La entrada nos costó a cada uno 5€, un poco cara para nuestro gusto. De allí, como era tarde nos dirigimos a una zona de restaurantes locales y mercado muy chula. Tras visitar varios de los locales, nos decidimos por uno que estaba a reventar de gente. Nunca falla. Y así fue. Como pudimos, (todo estaba en chino) pedimos arroz frito y el plato local: noodles con verduras. Nos sentamos en una mesa compartida junto a una pareja china que no paraban de sonreírnos. Bueno ellos y el resto del local. Con señas me enseñaron a coger bien los palillos para comer. Bueno a mi. Anna en esto, ya era una especialista. Y nos echamos con ellos unas buenas risas. No pudimos ni con la mitad de cada plato. Buenísimo. Además nos lo sirvieron acompañados de sopas, una con algas, muy buena y otra de arroz, que no nos gustó nada. Total, no llegó a 2€. Lástima no haberlo descubierto antes. Luego fuimos al hostel a hacer algo de tiempo. Nuestro tren a Lanzhou salía a las 22:00 horas. Como no nos había funcionado el agua caliente durante nuestra estancia el dueño del hostel llamó a un amigo para que nos llevara a la estación. Fue su manera de disculparse. En fin, el hombre, era todo voluntad. Una vez en la estación, mientras esperábamos, conocimos a un chaval francés que había venido a esta región de China a estudiar relaciones internacionales. Hablaba un chino increíble. Nos quedamos de piedra. Un seguidor más para la web 😉
Total gasto para 2 personas, 4 días: 133,79€
– Traslado tren: 8,74€
– Autobús: 1,98€
– Alojamiento: 34,97€
– Comidas: 29,13€
– Visitas: 53,85€
– Varios: 5,12€
Total gasto por persona, 4 días: 16,72€ persona/día