En este artículo os contamos nuestra experiencia por Kandy y Dambulla
De Polonnaruwa a Kandy
Aún maravillados con lo visto el día anterior, emprendimos el camino de Polonnaruwa a Kandy. Parte del camino era deshacer el camino realizado la etapa anterior pero ya nos habíamos acostumbrado a viajar con Tuky y lo llevábamos muy bien. Nos permitía total flexibilidad y disfrutar plenamente del paisaje que íbamos encontrando. Hasta ya encontrábamos normales los salvajes adelantemientos que realizaban los locales…jajaja
Dambulla: el tempo de la Roca
Volvimos a pasar por Sigiriya y a los pocos kilómetros llegábamos a Dambulla, ciudad sin ningún tipo de interés y mucho tráfico (alberga un importante mercado al por mayor del país) si no fuera por albergar el famoso Templo Real de la Roca de Dambulla.
El lugar consta de un moderno Templo de Oro, con una enorme imagen de Buda y un enorme rótulo de neón -en Las Vegas no desentonaría- y los famosos templos rupestres, cinco cuevas separadas que contienen 150 estutuas y pinturas de Buda realmente impresionantes. Las pinturas que cubren incluso los techos, están perfectamente conservadas e impresionan por su nivel de detalle. Además desde el lugar es posible tener unas estupendas vistas de los alrededores, llegándose a ver incluso Sigiriya, a unos 20 km.Es un sitio realmente fotogénico y vale la pena su visita.
Kandy
Tras visitar las cuevas, nos dirigimos hacia nuestro destino del día,Kandy. El viaje se nos hizo bastante ameno pues la ubicación de la ciudad es muy bonita pero se trata de una ciudad con mucho movimiento y los últimos kilómetros los vivimos en un continuo atasco tipo Barcelona o Madrid.
La ciudad está organizada en torno un gran lago y rodeada de bellas montañas. En el centro de la ciudad es posible apreciar antiguos edificios coloniales.
Además la ciudad respira una intensa vida cultural y religiosa.
Nada más llegar fuimos a la zona de hostales situada en la ladera de la montaña con vistas al lago. Íbamos con algún hostal mirado ya pues los precios aquí eran más caros. Al final encontramos uno, con espacio paraTuky, con baño dentro de la habitación, mosquitera e internet por 2.000 LRK (12,6 €). Además organizaban tours.
Tras acomodarnos, fuimos paseando a recorrer el lago y el centro histórico. La ciudad estaba realmente animada. Además estuvo genial poder disfrutar de los edificios históricos iluminados por la noche. Tras el paseo, nos retiramos «a los aposentos» a dormir.
Alrededores de Kandy
Al día siguiente nos propusimos recorrer los alrededores con el Tuky. Antes de salir, aprovechamos para dejar dicho al servicio de equipajes del aeropuerto que nos entregaran las mochilas en el hostal. Realmente Colombo no estaba muy lejos.
En los alrededores de Kandy se encuentra la famosa cordillera de los Knuckles y hay un paisaje muy bonito y agradable. Además hay muchas opciones de trekking. Estuvimos viendo preciosos campos de arroz y el imponente lago Victoria.
Tuvimos la oportunidad por azar (esto ocurre al perderse intencionadamente por los sitios) de conocer a un hombre con el que visitamos un pequeño templo cercano. Allí nos presentó al monje al cargo del mismo. Este, muy amablemente, nos invitó a su casa a tomar un té y una banana. Todo muy curioso pero sobre todo muy auténtico.
También descubrimo en un camino por el que nos acercamos a la orilla del lago, un pequeño taller de telas donde nos enseñaron los antiguos telares con los que trabajaban. Todo esto por signos y señales, claro está, porque ni ellas inglés ni nosotros su lengua. Pequeñas historias y curiosidades de los viajes pero muy agradables.
Danzas típicas de Kandy
Por la tarde-noche decidimos acudir a un espectáculo de fuego y danzas típicas del país y hacer así algo distinto. No estuvo mal aunque no podemos calificarlo de imprescindible 😉
Aprovechamos además para visitarlos edificios más significativosde esta zona
– el templo del Diente de Buda, donde por supuesto no podreís verlo.
– los devales
– la iglesia de San Pablo que, aunque no es nada del otro mundo, su presencia resalta en un sitio así.
Ya por la noche volvimos al hostal. Estábamos un poco nerviosos por el reencuentro con nuestras mochilas. Tal como nos habían contado, allí estaban, enteritas. En el fondo hasta nos daba pereza volver a cargar con tanta ropa…habíamos estado tan ligeros estos días… 😉
Resumen de la etapa Polonaruwa – Dambulla – Kandy
Tiempo invertido: 4 horas (con parada en Dambulla, incluida).
Kilómetros: 140 km.
Tipo carretera: buena y al final curvas y caos circulatorio.
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