A pesar de pasar una noche muy agradable bajo nuestros nórdicos y mantas de merino, cuando nos despertamos y asomamos las cabezas, no queríamos levantarnos. Las ventanas de la ruiditos estaban helados ¡por dentro!. Y no sólo eso, en la botella de agua que teníamos dentro de la campervan, había trozos de hielo. Alucinante. Salimos a ver el exterior y toda la campervan estaba cubierta de una capa
de hielo al igual que el césped en el cual habíamos pasado la noche. El cielo, sin embargo estaba bastante despejado. Desayunamos para entrar en calor y nos marchamos.
La idea era acercanos a primera hora a Queenstown para hacer el Trekking de ascensión al punto más alto donde llegaba el Skyline Góndola, una tele cabina que ascendía a una colina que dominaba toda la ciudad (18,5€ viaje de ida y vuelta). Anna, dado el frío existente, se negó a subir y me esperó en el Starbucks de la ciudad. Tengo que confesar que estuve a punto de hacer lo mismo. Yo me decidí a subir y a buen ritmo. La ascensión no era larga, unos 45′ a buen ritmo pero el desnivel era bastante alto. Yo llegué exhausto a la cima pues no quería hacer esperar a mi compañera más de lo necesario. El sitio está totalmente preparado para los turistas: restaurantes, tiendas, circuito de cars para los niños…nada más llegar fui a ver el mirador para ver las vistas de la ciudad pero a penas tuve unos minutos. Una densa niebla estaba ascendiendo para fastidiarme las fotos, jajaja…al menos pude disfrutar un par de minutos (literalmente) de las espectaculares vistas sobre la ciudad. Al salí conocí a un simpática pareja madrileña que estaba de vacaciones por ahí. Habían visitado Nueva Zelanda en poco mas de una semana. Y nosotros que nos quejábamos de tener tan sólo 4….rápidamente bajé al encuentro de mi compi y de camino me pilló una nevada de las buenas. Había subido sin nieve y cuando bajaba ya había unos 4 dedos. Llegué al Starbucks y me tomé un café para entrar en calor.
Nada más terminar, nos pusimos en marcha. El plan era visitar la cercana ciudad de Arrowstown y luego dirigirnos a conocer Wanaka por la carretera más larga pero nos asegurábamos no tener que utilizar las cadenas. En ese momento estaba nevando bastante. 
Fuimos circulando muy tranquilos. Tomamos un desvío y nos dirigimos a Arrowstown. A medida que nos íbamos acercando la ferretera se iba llenando de nieve. Dado el tiempo que hacia vimos el pueblo desde la campervan y enseguida a la carretera principal. No era plan de jugárnosla. La ruiditos era muy grande.

Ya en la carretera principal, pusimos rumbo a Wanaka, en medio de una nevada bastante intensa. Al poco rato la nieve fue desapareciendo y llegamos al primero de los lagos del día, el Mata-Au. El día había despejado bastante y con el lago enfrente de nosotros, empezamos a hacer fotos. En este lago hay una zona de acampada libre a sus orillas que es de ensueño. Lo que pasa es que nos venía muy mal quedarnos allí. Una lástima. Continuamos camino y 
Poco después de dejar este lago, llegamos a Wanaka. Esta pequeña ciudad es bastante turística también y muy bonita. Llegamos ya por la tarde y la luz era increíble. La imagen del tranquilo lago con las montañas nevadas de fondo era de postal. Otra más. Tras las fotos continuamos camino hasta nuestro lugar de acampada que se encontraba unos pocos kilómetros más adelante siguiendo la orilla del lago. Pero la verdad que no nos importó seguir conduciendo. Los paisajes y las imágenes del lago al atardecer eran preciosas. Finalmente llegamos al lugar. Esa noche íbamos a tener vecinos de acampada por primera vez en mucho tiempo. Cenamos y a dormir.
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